Cuando los comunistas Manuel Marulanda, Isauro Yosa y Charro Negro llegaron al sur del Tolima en 1950, lo hicieron con la intención de unir fuerzas con el comando guerrillero conformado por el liberal Gerardo Loaiza en la región de El Davis. Sin embargo, lo que se dio fue un rompimiento total de las relaciones políticas y militares entre comunistas y liberales, al punto de empezar una guerra entre ellos. El desarrollo y desenlace de esta guerra llevó a que, en 1966, el mismo sur del Tolima viera el nacimiento de las FARC en Marquetalia.
La hacienda El Davis está ubicada en el municipio de Rioblanco. Pertenecía a Gerardo Loaiza, un campesino liberal que organizó uno de los más grandes grupos de autodefensas del sur del departamento. A su hacienda llegaron cientos de personas huyendo de los ataques de los conservadores. Uno de ellos fue Pedro Antonio Marín, quien fue testigo de la violencia del 9 de abril en Ceilán, Valle, y buscó refugio en la finca de su primo en Rioblanco, Gerardo Loaiza. Luego, con la llegada del grupo comandado por Isauro Yosa, se formó el campamento en El Davis.
"Una sombra cayó sobre el movimiento guerrillero del todo suroeste al dividirse entre liberales y comunistas llamados también comunes los cuales se llamaron respectivamente limpios y sucios. Los guerrilleros liberales y comunistas comenzaron a luchar juntos pero los comunistas que eran un partido en la clandestinidad estaban mejor apetrechados para la lucha con consignas llamadas desde el exterior. Los comunistas intentaron adoctrinar a todos los guerrilleros liberales y dirigir toda la lucha armada en el suroeste. Los comunistas y los liberales resolvieron luchar en frentes separados contra el enemigo común pero pronto surgió la chispa que prendió la mecha, que hizo volar los puentes entre liberales y comunes".
Arancelio Guerrero
A sangre y fuego: la resistencia en El Davis
“No hay una sola cuarta de tierra tolimense en donde no se levante una tumba”, escribió, no sin razón, Víctor Bedoya en 1950. Tolima ha sido históricamente el gran foco del conflicto en Colombia, La Violencia, en mayúscula, no se sintió con tanta intensidad en ningún otro departamento del país. “El tolimense es el primero en tomar las armas y el último en soltarlas”; Bedoya lo sabía, esta región era y fue, durante mucho tiempo, el rincón en que la guerra fue a parar.
El asesinato del liberal Jorge Eliécer Gaitán, las constantes represiones por parte del gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez y la creciente ola de violencia bipartidista sentaron las bases de lo que los campesinos tolimenses consideraron la primera guerra (1949 - 1953). Una guerra cruel e incluso sádica, alimentada por crímenes como el descuartizamiento y exhibición de cuerpos en caminos rurales, masacres, incineración de pueblos enteros y violación de mujeres. Imperaba una ley: la de sangre y fuego.
La convivencia no era posible, rojos a un lado y azules al otro. Sumado a esto, al interior del Partido Liberal se empezó a gestar una guerra entre guerras, liberales comunistas -comunes- y liberales gaitanistas -limpios- acentuaban cada vez más sus diferencias ideológicas. El país estaba dividido. Vecinos, amigos e inclusos familiares se mataban entre sí al notar diferencias políticas. En Colombia ya se había aprendido a matar, a mediar las diferencias con un fusil.
Evelio Méndez
Músico y habitante de Rioblanco
Las consecuencias fueron inmediatas, miles de campesinos, sobre todo de tendencias liberales y comunistas, se vieron obligados a abandonar sus tierras y conformar frentes de autodefensa contra las agresiones de los conservadores y la policía ‘chulavita’. No fue necesario mucho tiempo para que estos grupos empezaran a reunirse en el sur del Tolima, donde el liberal Gerardo Loaiza, junto con sus cuatro hijos, “Punto Fijo”, “Agarre”, “Calvario” y “Veneno”, ya había conformado un comando guerrillero en lo que sería el corazón de su lucha: El Davis.
Fue esta hacienda, precisamente, el gran punto de encuentro entre ‘limpios’ y ‘comunes’. A inicios de 1950, Isauro Yosa, conocido como ‘Mayor Líster’, emprendió con 100 familias comunistas, apoyadas por hombres armados, una marcha de Combeima hasta El Davis. Al llegar, se encontraron con 300 familias liberales con las que acordaron un reglamento de convivencia y defensa. Además, se creó un comando conjunto en el que los liberales eran dirigidos por Loaiza y los comunistas por el ‘Mayor Líster’.
Las reacciones del gobierno de Ospina no se hicieron esperar, la represión por parte de las Fuerzas Militares se incrementó e, incluso, civiles conservadores fueron armados para evitar la sublevación de los núcleos liberales. Ya en 1951 empezaron a gestarse operativos militares en la zona y el comando guerrillero abandonó su estrategia defensiva para usar tácticas de ataque contra el Ejército y la Policía. Las comisiones que salían a combatir estaban conformadas por ‘limpios’ y ‘comunes’ de igual manera.
Graciela Másmela
Habitante de la Llaneta
Fueron esos escenarios de combate los que empezaron a marcar las más grandes diferencias entre las formas organizativas y políticas de cada grupo. Por ejemplo, mientras los ‘comunes’ argumentaban que las armas tomadas a las Fuerzas Militares pertenecían al movimiento, los ‘limpios’ las otorgaban a la persona que las tomó.
Las constantes disputas llevaron a que dirigentes liberales propusieran a los comunistas dividirse el territorio de El Davis. Ante la negativa, el rompimiento se hizo evidente y la lucha armada se impuso entre ambos bandos. Los liberales partieron al lado de Loaiza y José María Oviedo, alias ‘Mariachi, a la vereda La Ocasión, a la vez que los comunistas, liderados por Líster, Fermín Charry, alias ‘Charro Negro’ y Pedro Antonio Marín, alias ‘Manuel Marulanda’, tomaron el control de El Davis.
Esta ruptura llevó a la desintegración del movimiento, lo que causó que en octubre de 1952 los comunistas llamaran a la Primera Conferencia del Movimiento Popular de Liberación Nacional, realizada en Viotá, Cundinamarca, con el fin de reunir a todas las guerrillas liberales del país. A pesar de los intentos de integración, los combatientes de Loaiza se negaron a asistir, marcando el fin de cualquier relación política y militar entre los ‘comunes’ y ‘limpios’ en el sur de Tolima.
Trio musical de Rioblanco
Para ese momento, y debido a los enfrentamientos entre ‘limpios’, ‘comunes’, conservadores y Fuerzas Militares, 300 guerrilleros liberales habían perdido la vida, entre ellos los cuatro hijos de Loaiza. Las bajas de ‘comunes’ no superaban las 40. Fue entonces cuando el Partido Comunista citó la Conferencia de la Regional del Sur del Tolima, esperando lograr un alianza que minimizara las muertes entre los dos bandos. Sin embargo, los resultados fueron iguales a los anteriores: no había vuelta atrás, el liberalismo había roto para siempre con el comunismo.
El fin de El Davis llegó en sincronía con el golpe de Estado de Rojas Pinilla. Uno de sus primeros actos fue otorgar amnistía general a todos los alzados en armas que quisieran entregarse. La mayoría de los ‘limpios’ en el Tolima aceptó la oferta, mientras que los ‘comunes’, previniendo los riesgos que esto podría implicar, decidieron seguir la lucha armada.
Como respuesta a la negativa, se gestó un sangriento ataque a la región de El Davis. ‘Manuel Marulanda’ coordinó, antes del ataque, la evacuación del comando guerrillero por medio de una estrategia conocida como columnas en marcha. En el territorio quedaron solamente alias ‘Llanero’ y 75 guerrilleros más que estaban encargados de defender la mítica región. Sin embargo, el ataque del Ejército fue contundente y este grupo completo fue asesinado.
Graciela Másmela
Habitante de la Llaneta
El Davis, que algún día fue denominado por ‘Marulanda’ como el ‘corazón de la resistencia’ fue bombardeado y destruido. Y aunque la muerte rondó la zona, no fue capaz de dispersar las disputas de quienes un día estaban unidos en una misma causa. Hoy, de El Davis no quedan más que las trincheras y la niebla que cubre la historia que dio origen al inicio de las FARC.
La segunda guerra
Al salir de El Davis en 1953, la guerrilla comunista se dividió en varios grupos que partieron hacia distintos lugares del sur del Tolima. En las zonas El Pato, Guayabero, Ariari, Villarica, Ríochiquito y Marquetalia esta guerrilla consolidó las llamadas repúblicas independientes. Por casi diez años el gobierno sostuvo enfrentamientos con los insurgentes en aras de recobrar el control sobre esos territorios y erradicar el comunismo.
Como resultado, las células comunistas restantes se concentraron a orillas del Río Duda (Meta) en lo que se conocería como la Segunda Conferencia Guerrillera. Fue en esta reunión que el grupo insurgente decidió constituirse como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).