Historias:

La Unión Peneya, Montañita, Caquetá

Por: María Jimena Neira Niño

La Unión Peneya es una Inspección de Policía del municipio de La Montañita, en Caquetá. Fue un lugar próspero gracias a la bonanza cocalera que controló por años las Farc. En 2004, debido a enfrentamientos entre actores armados, cerca de 500 familias salieron de allí y dejaron a la inspección vacía por tres años. Su habitantes retornaron en medio del conflicto y reconstruyeron el pueblo. En 2009 ganaron el Premio Nacional de Paz por su valentía.

En los años 80, llegó el Frente 15 de las Farc a La Unión Peneya, a raíz de la bonanza de la coca en la región. Esta inspección era conocida por ser muy próspera a tal punto de que la coca se utilizaba como dinero en efectivo, para comprar alimentos o cualquier otra cosa. También fue conocida por ser un “baluarte” del Farc y a pesar de operaciones militares como el Plan Patriota, la guerrilla nunca perdió su poder en la zona.

Para la década del 90, atraídos por el auge de la coca, llegaron paramilitares del Bloque Central Bolívar, Bcb, de las Autodefensas Unidas de Colombia, y delinquieron por medio de los frentes Andaquíes Caquetá y Héroes de los Andaquíes. En 2001, los hermanos Castaño le vendieron el Bcb a Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, y le entregaron el frente, que cambió su nombre por Frente Sur Andaquíes.

En la noche del 3 de enero de 2004, cerca de 2.500 personas de La Unión abandonaron sus tierras con las pertenencias que alcanzaron a empacar. Según la investigación Caquetá: conflicto y memoria, del Centro Nacional de Memoria Histórica, ocho días antes, los paras asesinaron cerca de allí al dueño de la droguería, conocido como “Nachito” y a Edgar García, dueño de la discoteca del pueblo. La comunidad tomó la decisión de salir corriendo antes de que llegaran los paramilitares al lugar.

Otras versiones de medios de comunicación como El Tiempo o El Colombiano, que cubrieron en ese entonces el caso, afirman que el desplazamiento fue a raíz de enfrentamientos entre las Farc y el Ejército o incluso por presiones de las Farc sobre la población.

La Unión Peneya quedó deshabitada por tres años. En 2006, la comunidad tomó la decisión de organizarse y retornar pero antes, se contactaron con jefes de las Farc, para informarles sobre su decisión. Les dijeron que los dejaban volver si se iba el Ejército de la zona pero esto no fue posible, a pesar de ello, la comunidad retornó el 27 de enero de 2007.

Cerca de 1.500 personas llegaron ese día en chivas, buses y camiones. Encontraron su pueblo desocupado y en ruinas así que se propusieron reconstruirlo desde cero. Además de reconstruir las casas y calles, reconstruyeron su organización como comunidad. Organizaron un manual de convivencia y comités de salud y derechos humanos. Se pusieron a cultivar yuca, plátano y caña e incluso crearon una banda musical con jóvenes de la inspección.

La comunidad recibió en 2009 el XI Premio Nacional de Paz, por su valentía y empeño por reconstruir lo que habían perdido. Con los 70 millones de pesos que recibieron por ese reconocimiento, construyeron una casa de la cultura para que niños, niñas y jóvenes puedan ensayar con la banda musical, como símbolo de paz.