Historias:

Mampuján, María La Baja, Bolívar

Por: María Jimena Neira Niño

Mampuján es un corregimiento del municipio de María La Baja, en el departamento de Bolívar. Está ubicado en los Montes de María, una región que ha servido a los actores armados como paso para transitar personas secuestradas, armas y drogas hacia el mar, por el Golfo de Morrosquillo. En el año 2000, los paramilitares perpetraron una masacre que provocó el desplazamiento de más de 300 familias, lo que llevó a que el pueblo quedara abandonado por años.

Según el portal Verdad Abierta, las primeras manifestaciones guerrilleras en los Montes de María, se dieron a comienzos de los años 80, con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)-Patria Libre, que se sumó luego al Eln. Las Farc llegaron unos años después. También lo hicieron personas relacionadas con el narcotráfico para comprar tierras y organizar el negocio en la región. Igualmente, se organizaron grupos de seguridad privada como los llamados ‘RR’ o ‘La mano negra’.

Entre 1995 y 1996, llegaron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, comandadas por los hermanos Castaño y Salvatore Mancuso, que 1997, junto a otros grupos paramilitares fundaron las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc. Ese año, dentro de las Auc, los Castaños crearon el Bloque Montes de María con el fin de adueñarse del negocio del narcotráfico y de quitarle poder al Eln y a los Frentes 35 y 37 de las Farc. Este bloque paramilitar cometió por lo menos 16 masacres entre 1997 y 2001, comandadas por Edwar Cobos Téllez alias “Diego Vecino” y Rodrigo Mercado Pelufo alias “Cadena”.

Marzo 10 del 2000: “Día de Llanto”

Fragmento del tapiz “Día de Llanto” realizado por las Tejedoras de Mampuján

En la tarde del 10 de marzo del 2000, un grupo de 60 paramilitares del Bloque Montes de María, comandado por “Cadena”, llegó a Mampuján anunciando que iban a matar a toda la población como había pasado en El Salado un mes atrás, en donde fueron asesinadas 60 personas. Ordenaron a todo el pueblo a ubicarse en la plaza central, sacaron una lista con nombres de supuestos colaboradores de la guerrilla y los llamaron.

De pronto, uno de los jefes paramilitares recibió una llamada y la orden cambió. Ya no iban a matar a nadie pero todo el mundo tenía que irse de allá. En la madrugada del 11 de marzo, cerca de 300 familias salieron desplazadas de Mampuján y dejaron su pueblo y sus casas vacías.

Ese día los paramilitares obligaron a siete campesinos a que los llevaran a un lugar conocido como Tamarindo, en la vereda Las Brisas del municipio San Juan de Nepomuceno. Creían que allá iban a encontrar un campamento guerrillero pero cuando llegaron ya estaba vacío. Dejaron a los campesinos libres y en el camino se unieron 90 paramilitares más del Bloque Norte. Cuando llegaron al casco urbano de Las Brisas asesinaron a 11 personas tras acusarlas de colaborar con la guerrilla.

La población desplazada de Mampuján llegó al casco urbano de María La Baja con las únicas pertenencias que alcanzaron a empacar. La Alcaldía del municipio los ubicó en el Colegio San Luis, en la Casa de la Cultura y en un prostíbulo. A pesar de que la comunidad de Mampuján pensó que estaría allí solo unos días, los albergues se convirtieron en su hogar por cerca de 3 años. Esto generó hacinamiento, problemas de salubridad y tensiones entre la comunidad.

A raíz de esta situación, Salvador Mura, un párroco italiano que trabajaba en la zona con la comunidad católica Misioneros de la Consolata, buscó unos recursos y les compró un lote de 6 hectáreas para que vivieran allí. Este pueblo fue llamado Rosas de Mampuján, Mampuján nuevo o Mampujancito y está ubicado a la entrada de María La Baja. La comunidad compró media hectárea más por medio de una recolecta que hicieron y con eso se dividieron el espacio, empezaron a construir sus casas e instalaron electricidad.

En el 2006, Teresa Geiser, una predicadora estadounidense, llegó a Mampuján para ayudar a sanar las heridas y traumas de la población. Les enseñó una técnica de tejido llamada “quilt” que pretendía que la población tejiera sobre sus sentimientos y así hiciera catarsis. Las mujeres usaron ese espacio para contar lo que había pasado en su pueblo y hoy en día, a través de sus tapices, son un referente nacional en temas de memoria sobre el conflicto armado colombiano.

En 2015, estas mujeres, a través de su asociación Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Paz, también llamadas Tejedoras de Mampuján, ganaron el Premio Nacional de Paz. Uno de sus tapices está expuesto en el Museo Nacional de Colombia.

Reparación incierta

En 2010 se llevó a cabo la primera audiencia de reparación colectiva de Justicia y Paz, y en ella, “Juancho Dique” y “Diego Vecino” se encontraron en Bogotá con alrededor de 17 representantes de Mampuján. Los exjefes paramilitares les pidieron perdón de manera pública y hablaron de los hechos ocurridos aquel 10 de marzo del 2000.

Esta fue la primera sentencia en el país bajo la Ley de Justicia y Paz y con ella, los condenaron a 8 años de cárcel por lo ocurrido, sentencia que debería cumplirse en 2018. Esto también les ordenó la reparación económica y simbólica de la comunidad.

En 2011, la Corte Suprema ordenó al Fondo de Reparación del Departamento de Prosperidad Social, que reparara con 32.000 millones de pesos a las 1.500 víctimas de desplazamiento en Mampuján. En 2012, un juez de tierras ordenó a diferentes instituciones a reparar con 65 hectáreas de tierra, a 14 familias de Mampuján, víctimas de despojo paramilitar.

Ese mismo año, el portal Verdad Abierta denunció que el Fondo no tenía esos recursos para reparar a las víctimas y le pidió al Ministerio de Hacienda que cubriera el monto faltante. El ministerio se negó debido a que el caso de Mampuján no era su responsabilidad. Esta situación sigue sin solucionarse.