Actualizado el: Lun, 07/19/2021 - 14:58
El 2 de marzo del 2021, en el barrio Los Ángeles del municipio de Cáceres, fue perpetrada la masacre 16 en Colombia, según Indepaz. “Daniel iba con la novia para la casa, ya los bandidos estaban ahí, él escuchó, se paró y vio que estaba la mamá, la hermana, el hermano y la abuela. Cuando los manes lo vieron, levantaron los fusiles para dispararle y ahí fue cuando la mamá y la abuela se les tiraron encima a los bandidos, pero quedó uno libre, eran tres, y ese fue el que le disparó a Daniel, le pegó siete tiros, uno en los genitales y esa bala no salió [...], esa fue la que lo mató”, así relató el momento de la masacre Arturo*, un habitante de Cáceres, Antioquia, que conocía a Daniel y a su familia.
El 19 de marzo, tras varias cirugías y la amputación de una pierna, murió en el hospital Daniel David Gutiérez de 17 años. El 2 de marzo ya habían muerto su mamá, Sandra (38 años), y su abuela de 60. Todo esto ocurrió en presencia de la hermana mayor de Daniel y aunque tras el hecho una de las versiones conocidas se refiere a que Daniel era campanero de un grupo armado de la zona, Arturo* afirmó que eso no es verdad, que lo asesinaron porque se negó a ser reclutado por Los Caparros.
“Daniel y Kevin, su hermanito de 10 u 11 años, eran pescadores. Daniel pescaba desde los 10 años, ellos en ningún momento tenían vínculos con nadie [...] Daniel dejó de ir a pescar y le pregunté que qué pasaba y me dijo que lo tenían azarado. Él tenía una novia y ella le dijo que se fueran de ahí porque a ella también la estaban jalando y me contó que era porque Los Caparros querían que se metieran ahí y me dijo: usted sabe que yo no soy de eso. Yo le dije que se fuera, pero me dijo que no sabía pa’ donde coger, pero es que eran dos pelados de 17 años [...] Otro día me dijo: esta gente me quiere llevar y me dijo que si no me voy esta tarde con ellos, me matan”, así contó Arturo*, fragmentos de conversaciones con Daniel, días previos a su asesinato. Y como Daniel, otros jóvenes en Cáceres, y en general en el Bajo Cauca Antioqueño, están siendo reclutados por los grupos armados que hacen presencia en la zona.
Cáceres está ubicado en la subregión del Bajo Cauca antioqueño, donde el cultivo de coca y la minería ilegal representan las principales actividades económicas de sus habitantes. Según un artículo publicado el 2 de mayo de este año en El Universal, La Contraloría General de la República emitió una alerta en el país, donde indica que el departamento de Antioquía constituye la mayor alerta ambiental al presentar una alta concentración de minería y cultivos de coca en 2019. Pero el cultivo de coca y la minería ilegal no es algo nuevo en esta subregión, lo que ha hecho que Cáceres, entre otros municipios del Bajo Cauca, estén en la mira de actores armados que quieren controlar las rentas ilegales de estas actividades.
Allí hay una disputa por el territorio entre Clan del Golfo y Los Caparros, y según Carlos Zapata, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de Instituto Popular de Capacitación -IPC-, también hay presencia del Ejército de Liberación Nacional -ELN-, pero “allá el ELN tiene un pacto con los actores armados para que lo dejen tranquilo. Ellos heredaron el impuesto de gramaje de los territorios que dejaron las FARC [...] Le cobran impuesto de gramaje al campesino y ‘vacuna’ al comprador. Están tranquilos fortaleciendo su economía de guerra y sin entrar en disputa con nadie”, asegura Carlos Zapata. Además, según un periodista de la zona, este actor armado está principalmente en las zonas rurales del territorio.
La presencia de estos grupos armados ha generado una crisis social en algunos municipios del Bajo Cauca, donde los asesinatos, amenazas, desplazamientos y reclutamientos forzados han hecho parte del diario vivir. Arturo cuenta que en Cáceres, y en general en el Bajo Cauca, a los jóvenes les ofrecen plata, los suben a las motos y así los endulzan con la intención de reclutarlos y que si no aceptan, los amenazan; incluso “hay partes por donde no puede pasar ningún joven porque los bajan y les dicen que se van con ellos o los tiran al río. Eso se da entre Puerto Valdivia, Valdivia y Caucasia. Los que más reclutan son Los Caparros, pero tenemos algo peor porque también el Clan del Golfo, el residuo de las Farc y el ELN están reclutando”, cuena Arturo*, quien complementa que muchos de los desplazamientos masivos que se vienen dando son consecuencia de esta problemática, que las familias se van porque no quieren dejar que sus hijos sean reclutados.
Ese 2 de marzo, la hermana mayor de Daniel, quien fue testigo de los hechos, y Kevin, su hermanito menor, se fueron del municipio a eso de las 9 de la noche gracias a que los vecinos recogieron dinero para sacarlos de ahí. Al momento de escribir este texto, no se conocían avances en la investigación de esta masacre y según las fuentes consultadas, los índices de esclarecimiento de homicidio en esta zona son muy bajos y las autoridades han lanzado hipótesis equivocadas, apresuradas y sin una investigación previa, donde se refieren a que los jóvenes asesinados eran consumidores, expendedores o estaban relacionados con los actores armados.