Datos principales

Municipio y departamento: San Rafael , Antioquia

Vereda y corregimiento: El Topacio

Grupo Armado: Fuerza pública , Miembros de la fuerza pública

Fecha: 1988-06-14

LISTADO DE VÍCTIMAS

Guillermo León Giraldo G. (sindicalista y militante de la UP)

Gustavo Adolfo Giraldo G. (sindicalista y militante de la UP)

Jesús Taborda (sindicalista y militante de la UP)

Freddy de Jesús Giraldo G. (sindicalista y militante de la UP)

Fabio Elías Cuervo (sindicalista y militante de la UP)

Diafanor Daza G. (sindicalista y militante de la UP)

Juan Marín G. (sindicalista y militante de la UP)

Óscar Enrique Daza G. (sindicalista y militante de la UP)

Ovidio Buriticá (sindicalista y militante de la UP)

Jesús M. Arboleda M. (sindicalista y militante de la UP)

John Jairo Giraldo G. (sindicalista y militante de la UP)

Luis Antonio Castañeda P. (sindicalista y militante de la UP)

Jesús A. Buriticá (sindicalista y militante de la UP)

Julio Arturo Hincapié (sindicalista y militante de la UP)

Luis Felipe Vélez (sindicalista y militante de la UP)

Abel Antonio Buriticá (sindicalista y militante de la UP)


**Líderes sociales y población vulnerable: Mostrará las masacresen las que murieron líderes de las comunidades, funcionariospúblicos, profesores, sacerdotes, políticos, indígenas, menores de edad y mujeres en estado de embarazo.

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Masacre de El Topacio

Óscar Jaime Ríos
Foto por: Óscar Jaime Ríos

Actualizado el: Jue, 10/10/2019 - 16:44

Entre el 14 y 15 de junio de 1988, paramilitares asesinaron a machetazos a 17 personas en la vereda El Topacio en el municipio de San Rafael, Antioquia. Hacia las 5:30 de la tarde del 14 de junio, los paramilitares llegaron a dos campamentos mineros y llamaron por su nombre a once trabajadores que se disponían a pescar en el río Nare, los amarraron y se los llevaron. Otros seis habitantes del poblado fueron secuestrados al día siguiente.

Todas las víctimas eran militantes de la Unión Patriótica, UP, y sindicalistas de la Cooperativa de Mineros del río Nare, fundada por Alejo Arango, líder político de la UP en la región. Arango fue asesinado junto a otros miembros de la UP a principios de 1988, año de la masacre. Los cuerpos fueron desmembrados y algunas partes aparecieron en el río Nare. De acuerdo con la Unidad de Justicia y Paz de Medellín, los restos de los mineros aún siguen en proceso de identificación.

Según Amnistía Internacional, en 1990 un juez civil determinó que los ‘paras’ contaron con apoyo de integrantes de la fuerza pública. A febrero de 2015, nadie ha sido condenado por estos hechos.

La comunidad denunció a algunos miembros del Ejército, entre ellos el capitán Carlos Enrique Martínez, comandante de la base militar del municipio.  El Juzgado Cuarto de Orden Público absolvió a Martínez de los asesinatos el 17 de agosto de 1990 y siete meses después, un tribunal de segunda instancia, confirmó la decisión.

Como lo documenta el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, en el informe Memorias de una masacre olvidada, publicado en 2016, el capitán Martínez fue destituido del Ejército el 28 de abril de 1992. La Justicia Penal Militar le abrió un proceso luego de conocerse que un grupo paramilitar en cabeza de Jaime Eduardo Rueda Rocha podía movilizarse con libertad por municipios del Magdalena Medio, en zonas que estaban bajo la jurisdicción del oficial. Los investigadores del CNMH, no consiguieron información relacionada a la forma en que concluyó este proceso judicial.

A pesar de las decisiones judiciales, las víctimas insisten en señalar a miembros del Ejércitos como responsables de los crímenes. La Fiscalía abrió una investigación, esta vez por la desaparición forzada de las víctimas, que a junio de 2018, se encontraba en fase preliminar, a la espera de la identificación de los restos encontrados.

*Información aportada por un usuario y verificada por el equipo de Rutas del Conflicto

Lea y escuche el testimonio de una familiar de uno de los desaparecidos

 

Grupo armado relacionado:

Miembros de la fuerza pública

El informe del Centro de Memoria Histórica sobre el conflicto en Colombia registró 158 masacres cometidas por miembros de la fuerza pública desde mediados del siglo XX. La mayoría de estos crímenes se cometieron desde los años ochenta en contra de líderes de izquierda o simplemente contra civiles que no tenían nada que ver con el conflicto pero que fueron presentados como delincuentes para mostrar resultados. Las masacres de líderes de izquierda, realizadas en su mayoría conjuntamente con grupos paramilitares, terminaron por exterminar organizaciones sociales campesinas y movimientos políticos como la Unión Patriótica en el Magdalena Medio, Antioquia y los Llanos Orientales. Desde principio de los noventa comenzaron a aparecer los llamados ‘falsos positivos’, masacres de civiles para luego hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate, para obtener beneficios como permisos para descansar o asensos. Desde mediados de los ochenta miembros de la fuerza púbica han cometido varias masacres contra civiles en diferentes circunstancias.