Entre el 23 y 24 de abril de 2003 integrantes de un grupo paramilitar asesinaron a seis personas en su paso por varios caseríos del municipio de Caldas, Antioquia.Los paramilitares degollaron a todas sus víctimas, entre las que había una pareja de esposos que fue asesinada en presencia de su hijo de seis años. Él, doce años después, cuenta su historia
"Yo vivía con mi familia en una finca que cuidaban mis papás en Caldas, un pueblo cerquita a Medellín. La finca quedaba a una media hora del pueblo en carro y yo estudiaba en la escuela de la vereda. Tenía apenas seis años y me acuerdo que ese día estaba lloviendo mucho, era medio día y mi mamá fue a recogerme al colegio. Aprovechamos que escampó un poquito para irnos a la casa, pero cuando llegamos se vino de nuevo el aguacero.
En la casa estaba esperándonos mi papá. Mi hermano no estaba porque ya estaba un poco más grande y salía más tarde de estudiar. Mi mamá me quitó los zapatos porque estaban mojados y se fue a preparar café para unas vecinas que habían llegado a la casa a escampar. En el pueblo es normal que cuando llueva tanto, la gente para en las fincas a protegerse y lo que normalmente se hace es ofrecerles un tinto.
En ese momento llegaron dos tipos en una moto y mi mamá les ofreció café antes de comenzar a buscar ropa para cambiarme, porque yo estaba todo mojado. Nosotros vivíamos en una casa pequeña con una cocina y dos piezas que daban a una salita.
Recuerdo que cuando se fueron las vecinas, los dos hombres sacaron unas pistolas y nos amenazaron. A mis papás los sentaron en una silla y los amarraron, a mí me metieron en un cuarto y trancaron la puerta con algo por fuera. Los tipos comenzaron a preguntarles por un operativo del Ejército que había ocurrido una semana en frente de la casa, en el que agarraron a varias personas. Mi papá insistía en que no sabía del tema y mi mamá les respondió que ella no tenía idea de eso, porque en ese momento se había ido a ordeñar.
Yo seguía en el cuarto encerrado y de pronto escuché como un golpe con un machete y mi papá gritó. No volví a escuchar a mi mamá, pero los tipos siguieron preguntándole a mi papá por la gente que había agarrado el Ejército. Al momentico se escuchó otro machetazo y luego todo quedó en silencio. La sangre se metía por debajo de la puerta, entonces yo me puse unos zapatos de mi hermano y logré salirme, los tipos se habían ido, vi a mi papá y mi mamá tirados en el piso y salí corriendo a donde una vecina a pedir ayuda. Luego me enteré que había pasado por varias casas de la vereda y habían matado a otras personas.
Mi vida cambió mucho porque no es lo mismo vivir sin papá ni mamá. Nos fuimos a vivir con una tía al pueblo y no volvimos a la finca. Ella vivía con el novio y no tenía hijos, entonces nos recibió y desde entonces nos cuidó.
Nos cambiaron de colegio, y en el nuevo, tuve unas citas con un sicólogo, pero todo fue muy duro. Mis compañeros no sabían lo que me había pasado pero los profesores sí. Yo no creo que uno se pueda acostumbrar a no tener padre y madre. Uno hace todo lo posible por aceptarlo porque sabe que ya no se puede hacer nada, afortunadamente mi tía se preocupó por ayudarnos y no dejarnos que cogiéramos malos caminos.
A nosotros el gobierno nos ha dado una plata y unos apoyos para estudio, pero mi tía es la que nos ha dado el mayor respaldo. De los que mataron a mis papás no quiero saber mucho, la verdad siento que no hay nada que hacer, entonces mejor no quiero enterarme de quiénes fueron ni por qué lo hicieron. Los que han estado pendientes de lo judicial han sido mi hermano y algunos familiares.
Mi hermano está por acabar ingeniería de sistemas en una universidad privada. Yo terminé el bachillerato en 2013 y traté de entrar a estudiar ingeniería civil pero no pasé para esa carrera. Afortunadamente logré entrar a la Universidad de Antioquia a estudiar Matemáticas, llevo un semestre y pienso cambiarme a ingeniería civil tan pronto pueda, y seguir adelante con mi vida."