Recuerdos de infancia
David Ballén, de 18 años, es un líder juvenil de Vista Hermosa, Meta, y escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio.
Vista Hermosa, en sus bases, ha sido una zona por la cual ha transitado la violencia con el mismo efecto de una explosión nuclear, grande, rápida y de inimaginables secuelas. Yo vivo acá desde inicios del año 2000, en una época que poco recuerdo, pero hacer memoria con los relatos que salen de algunos familiares me ayuda a pintar mis borrosos recuerdos.
Vivir dos meses a base de granos y arroz, sin tomate ni cebolla o un simple Maggi. Por lo escaso que era comprar para el año de 2005, la gastronomía de la casa era el caldo de ‘raspachín’ o la sopa de necesidades.
Elementos de cocina muy básicos eran difíciles de conseguir puesto que los camiones transportadores tenían que pagar para entrar, y también había una estigmatización referente al municipio. No había Coca Cola, solo una cerveza de marca Polar y una gaseosa Sol. Vivimos dos meses comiendo lenteja, garbanzo y arveja seca con arroz. Los granos se cocinaban solo con sal, no había verdura y tampoco carne, que era costosa.
Mi infancia fue influenciada por series televisivas como Hombres de Honor, en las cuales se exaltaba el orgullo de prestar el servicio militar, de ser parte del Club de Lancitas, del programa de entrenamiento físico, y de tener la disciplina de forma militar. En mi infancia, eso me parecía espectacular, pero visto de otra perspectiva se puede decir que era otra de las estrategias para que prestáramos el servicio militar.
Muchos de esos niños que hoy somos jóvenes promedio vivimos y observamos asesinatos, muertes, actos de enfrentamiento, bombardeos y los militantes abatidos por las bombas de 25 arrobas que fueron exhibidas una vez. Ese bombardeo nadie olvidará, ya que los miembros de las FARC abatidos fueron tirados en el parque principal por el Ejército, y todo el pueblo los fue a ver.
En mi corta vida, era la primera vez que veía que alguien o hasta uno mismo podría quedar así, putrefacto, tras morirse en un bombardeo. Eso me llenó de horror.
Todos esos malos momentos que ponían mi mente a recordar una y otra vez, pero que lentamente fueron siendo superados, ya que nunca los tomé como hechos que dañaran mi integridad. Me dediqué a estudiar y a compartir tiempo con mis amigos, jugando fútbol o montando bicicleta. Hoy en día recuerdo con amargura esos cuentos, pero, como todos aquí, logramos superar esos problemas.
No tomé los hechos violentos como traumas, solo como recuerdos crudos, que no volverán a repetirse. Mañana va a ser mejor. No tomé todos esos hechos violentos como un trauma, sino como capítulos de vida.
Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.
Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:12