Los ríos
Río Guaviare
LA HISTORIA
El río Guaviare es, a su vez, un territorio común y una frontera: aquí se separa la Orinoquía y la Amazonía y se unen los departamentos del Meta y el Guaviare. Nace de la confluencia del río Guayabero y el río Ariari. Los paramilitares, especialmente, el Bloque Centauros convirtieron el río en una gran fosa común con la finalidad de que nadie encontrara a sus víctimas. Muchas de las acciones violentas las realizaron en conjunto con miembros de la fuerza pública, quienes les pidieron desaparecer los cuerpos, así el número de muertos en la zona no aumentaba. Así lo muestra un informe de la Fiscalía sobre paramilitarismo en la zona, al referirse cómo la desaparición se convirtió en una práctica sistemática que los liberaba de crímenes.
Blanca Yoli Real, lideresa de la Organización de Derechos de Mujeres Víctimas de Vichada, sobrevivió a la masacre de Caño Jabón en Puerto Alvira, Meta, relata cómo los hermanos Chatos, habitantes del corregimiento, fueron asesinados durante la masacre, después fueron arrojados al río para que los peces se los comieran. “Nosotros vivimos y vimos la gente que quemaron viva en la bomba de Don José. La avioneta que quemaron en Mapiripán y la muerte de los hermanos, que les decían, los Chatos” recordó Blanca.
Como lo muestra la sentencia de Justicia y Paz del 31 de enero de 2012, con la masacre de Mapiripán la casa Castaño, decidió entrar a la zona cocalera para dominar el negocio del narcotráfico, tener un corredor estratégico como el río Guaviare y cerrarle la frontera con Venezuela a las Farc.
Su estrategia para dominar el territorio consistió en viajar desde Urabá hasta San José del Guaviare, el trayecto lo realizaron en dos aviones. Con el apoyo logístico de los llamados ‘Carranceros’, otro grupo paramilitar que delinquía en los Llanos bajo el mando de José Baldomero Linares, lograron incomunicar al pueblo y perpetrar la masacre de Mapiripán el 12 de julio de 1997.
Durante la masacre fueron asesinados un número indeterminado de personas, a varios les abrieron el estómago y los llenaron de piedras para lanzarlos al río. Esto con el objetivo de que los cuerpos no fueran encontrados. Ese fue el comienzo de la expansión y dominio del territorio por parte del Bloque Centauros.
Las masacres continuaron. El Bloque Centauros se movilizó a Puerto Alvira, también conocido como Caño Jabón, corregimiento de Mapiripán. El 4 de mayo de 1998, a la una de la tarde, entraron por el río Guaviare disparando a seis personas y a una niña de seis años. Los cuerpos cayeron al río y nunca pudieron ser rescatados.
El Bloque Centauros se siguió movilizando por la zona. Benjamín Parra Cárdenas, alias ‘Cony’, jefe del Bloque, citó el 8 de marzo de 1999 a Danilo Alberto Acosta en el río Guaviare. Alias ‘Pipe’, quien manejaba las finanzas del grupo lo acusó de ser un informante de la Policía. En audiencias libres de Justicia y Paz, alias ‘Cony´ confesó haberle disparado a Acosta con un revólver y haberle abierto el estómago para que se hundiera en el río. Además de declarar que era una práctica frecuente de los paramilitares para desaparecer a sus víctimas.
El periodista Juan Manuel Álvarez narra cómo la pesca a finales de los noventa y principios del 2.000 no era un negocio rentable en la zona, pues se creía que los peces se alimentaron de carne humana y por ende, la gente no los compraba. A los pescadores les tocaba tirar a la basura lo que recogían en el día, debilitando la economía de Mapiripán. “Se encontraban dos o tres muertos diarios y una cantidad de desaparecidos imposible de establecer. Algunos cadáveres eran enterrados en fosas comunes, pero muchos otros eran lanzados al río Guaviare” escribió Álvarez.
La cantidad de desaparecidos en el río Guaviare es incierta. Según la base de datos del CNMH, al menos 6 cuerpos han sido encontrados en el río y sus afluentes. Para Blanca Yoli, es difícil encontrar a los desaparecidos porque el río desemboca en el Orinoco. Además, los peces consumen los cuerpos y muchas de las personas no se reconocían por su nombre.
Como lo relata Blanca, en Mapiripán los apodos eran la única manera por la cual se conocían entre sí, para evitar que los paramilitares los identificaran y los señalaran como supuestos colaboradores de las Farc. Muchas víctimas no eran oriundos de la región y habían llegado de varias zonas del país para trabajar como raspachines o en labores relacionadas con la producción de cocaína, casi nadie conocía sus nombres, así que ni siquiera hay un registro claro de los desaparecidos.
Según el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, el último registro que se tiene de un cuerpo en el río es del año 2013. José Alonso Lozano Rojas, presidente de la Asociación de Trabajadores Campesinos de la región del Guaviare, fue encontrado muerto en el río tras su desaparición,el 24 de marzo del 2013. Los hechos ocurrieron en Mapiripán mientras se trasladaba a su domicilio en la vereda Mata de Bambú, cerca al río, luego de participar en la Asamblea General de Derechos Humanos del Oriente Colombiano.
Datos principales del río
Masetos (1982 - 1997)