Los ríos

Río San Jorge

LA HISTORIA

"Solo hoy descansamos un poco al saber que ese brazo eras tú"

El 2 de mayo de 1990 desapareció el pescador Pedro Gutiérrez. Días después sus amigos encontraron un brazo flotando en el río. Al presumir que debía ser el de Pedro, se lo entregaron a su hermana Mariela, luego de explicarle que lo habían hallado en territorio cordobés.

Mariela Gutiérrez, durante 22 años, tuvo la duda de que el brazo que le entregaron era el de su hermano. "Lo enterramos porque fue lo único que teníamos de él, pero siempre existió la duda por lo que pedimos ayuda a la Fiscalía para que en Medicina Legal se hicieran los exámenes que nos confirmaran si en verdad era mi hermano".

El viernes 25 de noviembre de 2011, Mariela junto a 199 personas más recibieron los cadáveres de sus familiares en medio de una ceremonia realizada en Montería. Allí, profesionales en medicina y antropología forense del Instituto Nacional de Medicina Legal, les explicaron el proceso de necropsia, la identificación, lesiones traumáticas, la causa y circunstancias de la muerte. La razón de la desaparición de Pedro nadie la entendió, solo se presume que los responsables pudieron ser grupos armados que andaban en la zona como amos y señores. "Solo hoy descansamos un poco al saber que ese brazo eras tú", expresó Mariela durante la ceremonia. Este testimonio está inscrito en la bitácora de Medicina Legal.

En esa jornada se entregaron 47 cadáveres (2 menores de edad, 2 mujeres y 43 hombres) víctimas del conflicto armado a sus familiares, correspondiente a los casos abordados en el marco de la Ley de Justicia y Paz.

El San Jorge

El río San Jorge nace en el nudo Paramillo, exactamente en el municipio de Ituango (Antioquia). En él hay más historias de muerte que de vida. Su mayor recorrido lo hace en el departamento de Córdoba, atravesando las serranías de San Jerónimo y Ayapel. Sus aguas se extienden por 368 kilómetros, bañando también a los departamentos de Sucre y Bolívar, para luego desembocar en el río Cauca. Así como en él se crían peces, convive en sus aguas el rumor de la muerte. Una memoria histórica que merece ser reconstruida.

En el departamento de Córdoba el San Jorge baña las tierras de los municipios de  Montelíbano, Puerto Libertador, San José de Uré, La Apartada, Buenavista, Planeta Rica, Pueblo Nuevo y Ayapel. En Sucre, San Marcos, La Unión, Caimito, Guaranda, Majagual, San Benito Abad y Galeras. En Bolívar riega la cabecera urbana del municipio que recibe el mismo nombre. Recorre las poblaciones de Almaguer, Mercaderes y Patía.

Los tres departamentos bañados por el San Jorge tienen larga tradición de presencia de guerrillas y de paramilitarismo. Tras los procesos de paz entre el Gobierno Nacional, el Epl, las Auc y las Farc, estas zonas han quedado controladas por bandas criminales y estructuras del Eln. La zona es propicia para el tráfico de estupefacientes y desarrollo de acciones bélicas. El Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH realizó en 2009 un “Diagnóstico de la situación de los municipios habitados por las comunidades afrocolombianas priorizadas por la Corte Constitucional en Sucre”, confirmando que esta arteria fluvial junto con sus relieves montañosos, complementan el escenario perfecto para la instalación de campos de entrenamiento, la comunicación y movilización de grupos insurgentes hacia el océano Atlántico. De igual manera facilita el ingreso de armas y la movilización de cargamentos de coca hacia el exterior.

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, el primer grupo armado en llegar fue el Epl que se ancló a los movimientos agrarios que existían en la zona, pero las ofensivas militares pusieron a la estructura guerrillera al borde de la liquidación. Luego arribaron las Farc, a través de sus frentes 35 y 37, con el bloque Jaime Bateman y el Erp con la compañía Ernesto Che Guevara. Después aparecieron las autodefensas y con estas las bandas criminales, todos asociados al cultivo, procesamiento y tráfico de drogas. Actualmente son territorios controlados, confinados, reclutados, forzados, desplazados y extorsionados.

El CNMH ha documentado 16 casos de personas desaparecidas en este río desde 1992 a 2009 en Puerto Libertador, Montelíbano, Montería (Córdoba) y La Mojana (Bolívar), pero los habitantes de la zona aseguran que han sido muchos más los cuerpos arrojados al afluente, solo que el miedo y el silencio instalado en el territorio no permiten, aún, contar la verdad.

En el Alto San Jorge se oyeron botas

En Montelíbano, los cadáveres que han corrido por las aguas del San Jorge que bañan al municipio, han dejado de ser noticias para sus ribereños, pero recordados por sus familiares.

El 8 de junio de 1990, en la tierra del níquel y carbón, paramilitares que se movilizaban en un vehículo, allanaron la vivienda de Eladio Monterrosa, a quien torturaron y ejecutaron. La víctima, que era diputado a la Asamblea de Córdoba por el Frente Popular y gerente de la Cooperativa Agrícola de San Jorge, fue hallada flotando en el río San Jorge.

En el corregimiento de Tierradentro, mientras los campesinos advertían que en sus pequeñas parcelas lo que se vivía era una lluvia de plomo, los pescadores avisaban que por el río San Jorge bajaban cadáveres. “Algunos cuerpos se veían mutilados y en estado de descomposición”. Así lo narra el periódico El Tiempo en su publicación del 11 de julio de 1998.

El 22 de junio de 1999 ocurrió un hecho en el municipio de Puerto Libertador que no olvidan los pobladores de Juan José, La Rica y Puerto Anchica. Guerrilleros de las Farc habían atacado estos sectores, asesinando a dos civiles acusándolos de colaborar con las autodefensas, secuestrando a cuatro más e incinerado dos vehículos particulares.

Para cortarles el paso a los frentes 5, 18 y 58 de las Farc, el coronel William Cruz Perdomo, comandante del batallón de infantería Rifles, recibió la orden de sus superiores para que se desplazara con algunas tropas al sur de Córdoba. Con 60 soldados, un mayor, dos capitanes y seis suboficiales, el coronel salió de Cerromatoso y decidió acampar con sus hombres en la margen derecha del río San Jorge, que para ese entonces se encontraba crecido debido a las fuertes lluvias. El coronel advirtió los peligros que representaba utilizar el río para transportarse y pidió el apoyo de un helicóptero militar MI17 que prestaba sus servicios a la compañía del Oleoducto Central de Colombia (Ocensa S.A.).

La aeronave transportó al otro lado del río a los primeros 25 soldados que asegurarían el área. Cuando el MI17 se aprestaba a dejar al segundo grupo en la otra margen del río, guerrilleros de las Farc, atacaron la aeronave, que en medio del fuego cruzado, partió nuevamente hacia su base de operaciones. Los 50 soldados quedaron en la mitad de más de 350 guerrilleros que conformaban la retaguardia de las Farc en esa región. Los combates se prolongaron por nueve horas. El general Fernando Tapias, comandante de las Fuerzas Militares, reconoció que habían muerto 35 militares, 6 soldados heridos y otros seis desaparecidos. El Ejército lamentó el episodio al admitir que fue un error descargar en un helicóptero tropas a orillas del río. Así lo informó El Tiempo en su edición del 24 de junio de 1999, la cual tituló “Guerra sin cuartel en el San Jorge”.

Siete años después, el Alto San Jorge seguía padeciendo el rigor del conflicto armado. La población de Tierradentro volvió a ‘llevar del bulto’ por cuenta del conflicto como nadie se lo imagina. Sus habitantes siempre habían expresado su temor de que cosas peores podrían pasar. Y así fue. En el 2010 se incrementaron las muertes de personas que nadie conocía en las zonas bañadas por el San Jorge. Crímenes que ocurrían y que las autoridades no confirmaban. Fueron días y meses en que los periódicos se vendían como pan caliente. “El miedo se quedó en Córdoba”, tituló El Espectador el 23 de marzo de 2010; “El terror deambula por el San Jorge”, encabezó El Universal el 15 de noviembre del mismo año.

Los muertos seguían flotando. El 5 de mayo la población ribereña del barrio La Pesquera, de Montelíbano, alertó a la Policía y a la Defensa Civil de la existencia de dos cuerpos por las aguas del río. La violencia nunca se ha querido ir de ese sector. Dos días después volvieron a alertar de la presencia de otro cadáver en el afluente.

El primer hallazgo fue el de dos cuerpos que flotaban en el afluente. Se trataba de un hombre y una mujer. Su avanzado estado de descomposición impidió su identificación, informó El Universal en su edición del 6 de mayo de 2010. Un tercer cadáver fue encontrado a la altura del mismo sector y rescatado por la Defensa Civil, que diseñó una estrategia especial para apresurar su recuperación.

Los muertos que iban apareciendo abollados en el río, eran llevados a la morgue del hospital de Montelíbano, pero por los fuertes olores y debido a que no se establecieron sus identidades, fueron sepultados como NN en el cementerio central. Nada se supo con detalle sobre lo que ocurrió en la parte alta del San Jorge, solo que los cadáveres encontrados tenían impactos de arma de fuego. “La Policía del lugar señaló que se trató de miembros de grupos al margen de la ley que se enfrentaban en zona alta del afluente y que los muertos en el combate los han ido arrojando al río”, señaló El Universal.

Las bandas criminales Águilas Negras y los Rastrojos desocuparon muchas veredas en Puerto Libertador, asesinaron y desaparecieron. “Anoche se oyeron botas… eran las de los Paisas”, narró Alfredo Molano en la edición del 8 de octubre de El Espectador.

Pánico y muerte en el Medio San Jorge

Según el CNMH, las primeras confrontaciones que se dieron en el departamento de Sucre de 1981 a 1999 fueron por la tenencia de la tierra. Los campesinos cultivaban y los ganaderos destruían los sembrados. Esta situación dejó muertes al paso del río San Jorge, por donde aparecían los grupos insurgentes al margen de la ley. El exterminio de muchos miembros de las organizaciones campesinas, por parte de grupos paramilitares, generó en la zona pánico colectivo que ha perdurado por décadas.

“A las seis de la tarde ya estábamos todos encerrados, que hasta el agua se encerraba. Era tanto el temor que cuando se oían los perros ladrar entrabamos en pánico, creíamos que nos venían a matar”, expresaban los campesinos que entregaron sus testimonios al CNMH.

El aumento de crímenes, las pérdidas económicas y los desplazamientos aceleraron la derrota y la destrucción del tejido social entre campesinos ribereños. “En la ciénaga de Cholén, perteneciente a la subregión del San Jorge, el 21 de mayo de 2010 asesinaron a Betty Lambraño Misal y su hijo Francisco Videz Lambraño. “Los amarran, los torturan dándole machetazos en la nuca, en la espalda. Los ojos se los chuzan con un chuzo de cazar hicotea (tortuga) y por último les dan un tiro de gracia en la cabeza y los tiran al río. A Betty la asesinaron a 100 metros de donde mataron a Francisco. A pesar de ser discapacitada, alcanzó a huir, pero su problema de movilidad no le permitió seguir avanzando. Allí fue alcanzada por los asesinos. Le cortaron los brazos, le rasgaron la boca, le cercenaron la vulva y la lanzaron al agua estando aún viva”, documenta el CNMH en el libro “Campesinos de tierra y agua”.

Los agropescadores dicen que al San Jorge deberían declararlo patrimonio de memoria histórica. Por sí solo narra la riqueza y el deterioro ambiental, el abandono estatal, las disputas de los grupos armados, el despojo, el desplazamiento y  las muertes de campesinos.

Datos principales del río

Lugar de nacimiento
Parque Nacional Natural Paramillo, Córdoba
Lugar de desembocadura
Río Cauca, Sucre
Extensión
368 Kms
Departamentos por los que pasa el río
Antioquia, Bolívar, Córdoba, Sucre,
Víctimas encontradas
  • Pedro Gutiérrez
  • Víctimas no encontradas
  • Sin información
  • Iniciativas de memoria
    Sin información
    Grupos armados en la zona
    Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Farc
    Ejército de Liberación Nacional, Eln
    Paramilitares
    Bandas Criminales Emergentes, Bacrim (2006 - )
    Miembros de la fuerza pública