Orlando Valencia tenía un tiro en la frente y las manos amarradas. Así lo lanzaron hombres del Bloque Élmer Cárdenas de las Auc al río León luego de asesinarlo, en inmediaciones del municipio de Chigorodó, en el Urabá antioqueño. Valencia era un líder afrodescendiente y defensor de derechos humanos de la región. Era miembro de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó, en el bajo atrato chocoano. Denunció centenares de crímenes cometidos por grupos armados y la apropiación ilegal de tierras que fueron destinadas a  cultivos de palma.

En el momento de su desaparición, el 15 de octubre de 2005, hacia el mediodía, Valencia estaba acompañando una comisión conformada por miembros del Projet Accompagnement Solidarité Colombie (PASC) de la Embajada de Canadá, un abogado de derechos humanos de la Comisión de Justicia y Paz y por pobladores de la región. Dos reconocidos paramilitares lo estaban siguiendo y lo interceptaron en una moto. De acuerdo con la denuncia de quienes estaban presentes en ese momento, los hombres armados le dijeron: “Vamos, o si no lo pelamos, lo matamos aquí”. El abogado de la comisión intentó protestar pero uno de los paramilitares lo amenazó con un arma. Orlando Valencia fue obligado a subirse a la moto y se lo llevaron.

El cuerpo fue hallado en las aguas del río León nueve días después, el 24 de octubre del 2005, en un sector conocido como Bocas de Zábalo, cerca a Chigorodó. Por este hecho, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Antioquia condenó a Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, comandante del Bloque Élmer Cárdenas, por homicidio en persona protegida. Rendón quedó libre en julio del 2015 luego de pagar una pena alternativa de 8 años, por acogerse a la ley de Justicia y Paz.

En el río León, de acuerdo con la base de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica, se encontraron, al menos, otros cuatro cuerpos, dos de ellos asesinados presuntamente por grupos paramilitares y los dos restantes por grupos guerrilleros.

Desde la segunda mitad de los años ochenta, en la región de Urabá, empezaron a aparecer grupos armados comandados por Fidel Castaño. Este proyecto paramilitar tuvo el apoyo de las Autodefensas de Puerto Boyacá, que provenían del Magdalena Medio. En febrero de ese año, los Paramilitares de Fidel Castaño cometieron la masacre de Turbo, en la que murieron cinco personas militantes de la Unión Patriótica.  Dos semanas después, este grupo cometió la masacre de Honduras y La Negra, en zona rural de Turbo, donde murieron 20 personas.

En 1991, cerca de 2.200 hombres del Ejército Popular de Liberación (Epl), que tenían como base la zona de Urabá, se desmovilizaron y crearon un movimiento político llamado Esperanza, Paz y Libertad. Esa desmovilización fue tomada como una traición al movimiento revolucionario por las Farc, que empezó a perseguir y asesinar a varios miembros. En 1992, algunos exintegrantes del Epl, perseguidos por la guerrila, se reorganizaron y conformaron los Comandos Populares, grupo que terminó aliado con los paramilitares de Fidel Castaño para oponerse a las Farc en la región. Ese enfrentamiento se convirtió en la oportunidad para la consolidación en esta zona de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, en cabeza de los hermanos Carlos y Vicente Castaño, en 1994.

Otra estructura paramilitar presente en la zona fue el Bloque Élmer Cárdenas, conformado en 1995, que tiene su origen en un grupo criminal llamado ‘Los Velengues’ o ‘El Grupo de la 70’, creado por Freddy Rendón Herrera, alias 'El Alemán', y Élmer Cárdenas. Ese año, los jefes de este grupo se reunieron con Carlos Castaño, jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, y acordaron su entrada a la región como un Bloque de las Auc. Cárdenas fue asesinado dos años después y ‘El Alemán’ decidió darle el nombre de su socio al grupo paramilitar. La estructura se financió con el narcotráfico en el Urabá y el Chocó, la extorsión y en algunos casos el apoyo económico de empresarios y comerciantes. Este bloque persiguió y asesinó campesinos y líderes sociales, a quienes tildaba de auxiliadores de la guerrilla.

También en el 1995 se creó, en la región de Urabá, el Bloque Bananero, con 20 paramilitares del grupo conocido como ‘Los Escorpiones’, al mando de José Hebert Veloza García alias ‘HH’.  Esta estructura recibía contribuciones de empresas en su mayoría bananeras a cambio de protección contra las guerrillas que operaban en la región desde los años 70. Los embarcaderos de banano fueron utilizados para sacar droga y entrar armas. Los paramilitares de este bloque son señalados de asesinar a cerca de 3.000 personas, muchas de las cuales eran sindicalistas o militantes de la Unión Patriótica.