En medio de coca, esmeraldas y ganado, el río Negro se convirtió en el cementerio de los grupos armados de la provincia de Rionegro, Cundinamarca. Las tierras de los ocho municipios que conforman la región han sido disputadas históricamente entre narcotraficantes, esmeralderos, ‘paras’ y guerrilleros.

Los principales actores armados ilegales en Rionegro fueron: el Bloque 22 de las Farc, presente desde los años ochenta (el bloque que más dinero le aportó a la organización guerrillera según documentó el portal VerdadAbierta.com) y el Bloque Cundinamarca de las Auc, que desde finales de los años noventa organizaron a todos los grupos paramilitares que delinquían en la región. Ambos se confrontaban constantemente por el dominio territorial y militar en la zona.

En la década de los noventa, informó el Observatorio del Programa Presidencia de Derechos Humanos, 28 personas fueron masacradas en la provincia de Rionegro por grupos al margen de la ley. Solo en cuatro casos se confirmó a las Farc como el perpetrador. Los 24 casos restantes se atribuyen a grupos paramilitares. Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), a esta cifra se le suman seis cuerpos que fueron recuperados del río Negro, entre los años 2000 y 2004, presuntamente, también por accionar paramilitar.

El exjefe del Bloque Cundinamarca, Luis Eduardo Cifuentes, alias ‘El Águila’, confirmó la práctica sistematizada de arrojar cuerpos a diferentes ríos para desaparecerlos. En la región, los ríos Magdalena y Negro fueron las principales corrientes utilizadas para ello. Según la sentencia de Justicia y Paz que judicializó a los miembros de este grupo armado, hay evidencia que demuestra que los ‘paras’ de las Auc arrojaron al menos tres cuerpos al río Negro.

Las declaraciones que alias ‘El Águila’ le ha hecho a la Justicia dejan entrever que los móviles de las desapariciones en los ríos podían ir desde venganzas hasta faltas disciplinarias de su propia tropa.

El 20 de octubre de 1993, un hombre llamado José Joaquín Vasallo disparó contra alias ‘El Águila’ en un bar de Yacopí, Cundinamarca. Tras recibir algunos disparos, Vasallo huyó del lugar, pero al día siguiente fue encontrado muerto a la orilla del río Negro. Alias ‘El Águila’ confesó ser el asesino y haber arrojado el cadáver, de quien, según él, hacía parte de la SIJÍN de la Policía Nacional.

José Donerges Fajardo era un integrante del Bloque Cundinamarca, sin embargo, por faltas disciplinarias fue asesinado y arrojado al río por órdenes de Cifuentes. Fajardo debía informar por radio cualquier movimiento que hubiera en un lugar conocido como ‘Puente de Galápagos’, ubicado en los límites de Yacopí y Puerto Salgar, pero el día en que lo asesinaron no lo hizo. Cifuentes pidió a dos paramilitares que verificaran qué sucedía con Fajardo. Al llegar, Fajardo les amenazó con un arma de fuego, según confesó alias ‘El Águila’.

El último caso de desaparición forzada que la Fiscalía de Justicia y Paz le imputó a Cifuentes en dicha sentencia es el de Lilia Isabel Salamanca, quien en febrero del 2003 fue golpeada, amarrada y encontrada sin vida en las compuertas de una represa construida por la Empresa de Energía de Cundinamarca en el municipio de Puerto Salgar, Cundinamarca.