Los ríos
Río Putumayo
LA HISTORIA
El río Putumayo se abre paso entre la selva amazónica, marcando gran parte de la frontera sur del país, con Ecuador y Perú. El río recorre también una zona que ha sido afectada por el conflicto armado desde la década de los ochenta.
Aunque no exista abundante información oficial sobre la desaparición de cuerpos en el río Putumayo, los habitantes de la zona expresan que la práctica de arrojar víctimas fue sistemática. Según la base de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica, las autoridades han encontrado al menos 15 cuerpos en las aguas del Putumayo.
“Nosotros vivíamos en la vereda El Amarón, a la orilla del río y a diario teníamos que ver cómo la corriente se llevaba los cuerpos. Bajaban tres o cuatro y uno no tenía más remedio que verlos pasar”, recuerda una lideresa social que hace parte de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos y que prefiere no publicar su nombre por cuestiones de seguridad. A veces ella y su esposo buscaban la forma de amarrar los cuerpos para enterrarlos como NN.
Un miembro de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz en Putumayo, cuyo nombre no se publica por razones de seguridad, afirma que “la práctica de arrojar cuerpos al río todavía es un tema del que no se habla tan abiertamente”, afirma el líder y añade que “como en otras zonas del país, la orden era que la gente tenía que ver correr los cuerpos aguas abajo, sin poder sacarlos”.
Señala además que el arrojar los cuerpos en el río era más recurrente por parte de los paramilitares del Bloque Sur Putumayo. “Las Farc tenían presencia por toda la ladera del río, sin embargo, no fue una práctica de ellos tirar los cuerpos allí, sino enterrarlos o dejar que la gente los enterrara”, afirma el líder social de la Comisión.
La información oficial sobre esta práctica se centra en mayor medida sobre el Valle del río Guamuez, que se referencia en los informes de las masacres de El Placer y El Tigre del Centro Nacional de Memoria Histórica. No obstante, sobre los municipios de Puerto Asís, Puerto Caicedo, Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo la información en personerías y defensorías es escasa.
Con una extensión aproximada de 1800 kilómetros, el río Putumayo nace en el Nudo de los Pastos, en los límites de Nariño y Putumayo, y recorre los departamentos de Putumayo y Amazonas.
Desde la década de los 80, el territorio del departamento de Putumayo ha sido foco de enfrentamientos de grupos armados ilegales dado que su geografía es propicia para el cultivo y procesamiento de coca. Los ríos San Miguel y Guamuez, principales afluentes del río Putumayo han servido como vías de transporte de insumos para las grupos al margen de la ley, contrabando y el comercio de la coca.
A inicios de los años 80 el control del territorio del Bajo Putumayo se dividía entre el Epl y el M-19. Hacia 1984 el frente 32 de las Farc empezó a presencia también en la zona y se fortaleció con la desmovilización del Epl en 1991. Desde su llegada a la región, las Farc tenían una especie de alianza con los narcotraficantes de la zona, pero, según la Sentencia de Justicia y Paz del Bloque Central Bolívar, los frentes 32 y 48 de las Farc notaron que los ‘narcos’ abusaban de los campesinos y decidieron cobrar un impuesto con el objetivo de regular la producción de la coca.
Así fue como para 1987 el paramilitarismo llegó a la región. Según la misma sentencia, el sargento retirado del Ejército Jorge Amariles fue enviado por el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha y Henry Pérez, líder de las autodefensas del Magdalena Medio, para conformar un grupo paramilitar. Según habitantes de la zona los ‘masetos’, como eran conocidos los ‘paras’ en varias zonas del país para la época, asesinaban y desaparecían a todo aquel que fuera señalado como guerrillero o colaborador de la guerrilla.
Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, este grupo fue expulsado de Putumayo en 1990, cuando los frentes 32, 13 y 26 de las FARC se unificaron para atacar la base de El Azul, del grupo paramilitar.
“En esa época los ‘masetos’ mataban a las personas porque las señalaban de guerrilleros”, recuerda la lideresa de la ANUC. Su esposo fue una de las víctimas que murió por la estigmatización de los grupos armados.
El paramilitarismo llegó de nuevo en 1997. Según documentó Verdad Abierta, los hermanos Castaño enviaron a Rafael Antonio Londoño Jaramillo alias ‘Rafa Putumayo’, junto a 20 hombres más para conformar el Bloque Sur Putumayo. En sólo tres años se multiplicaron hasta alcanzar un grupo de casi 800 paramilitares. Para el año 2000, los paramilitares se habían expandido de Puerto Asís a El Placer, La Dorada, El Tigre, Santa Ana y Orito. De nuevo, este grupo se enfocó en expandir su control del narcotráfico en la zona.