Ubicado en el departamento de Putumayo, el río Guamuez nace en la Laguna de La Cocha y desemboca en el río Putumayo, atravesando la región conocida como el Bajo Putumayo, que comprende los municipios de Orito, Puerto Asís y Valle del Guamuez.

El departamento del Putumayo ha sido un territorio disputado y ocupado por diferentes grupos armados ilegales. En los años 80, tanto la guerrilla del Epl como los frentes 38 y 42 de las Farc tuvieron influencia sobre la población y la economía de la cocaína. La aparición paramilitar no demoró mucho tiempo.

Los paramilitares llegaron en dos ocasiones al Bajo Putumayo. La primera fue entre 1987 y 1991, cuando los denominados ‘Masetos’ llegaron a Puerto Asís bajo las órdenes del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias ‘El Mexicano’, con el objetivo de apoderarse de los cultivos de coca de la zona.

La segunda vez tuvo lugar en 1999, cuando el Bloque Sur Putumayo, perteneciente al Bloque Central Bolívar, ingresó a la inspección de El Tigre y masacró a la población civil. Según informó el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, a las 11:00 p.m. del 9 de enero de 1999, entraron a esta zona urbana varias camionetas 4x4, provenientes de Puerto Asís, con cerca de 150 paramilitares del Bloque Sur Putumayo, que durante tres horas incendiaron casas y vehículos, saquearon, asesinaron al azar e indiscriminadamente a 26 hombres y ejercieron violencia sexual sobre mujeres de la comunidad. Se estima que al menos otras 14 personas fueron asesinadas y arrojadas al río Guamuez.

“Sobre el puente del río Guamuez los paramilitares empezaban a bajar a cada persona de las camionetas y con hachas y cuchillos les abrían el estómago. Les enterraban el cuchillo en el estómago, al filo del ombligo, y recorrían con él hasta el cuello, luego los lanzaban al río. No sabemos cuántas personas más echaron al río”, narró un sobreviviente en el informe del CNMH de la masacre de El Tigre.

Esta matanza fue la primera de una serie de masacres que este grupo paramilitar perpetró en 1999 en el departamento del Putumayo. La masacre de la inspección de El Placer, ocurrida en noviembre, fue otro escenario para que el Bloque Sur Putumayo asesinara, violara y desapareciera forzadamente a las personas que ellos consideraban supuestos guerrilleros o colaboradores de la guerrilla. Allí asesinaron a 11 personas de manera también indiscriminada.

Según el informe del CNMH sobre la masacre de El Placer, la desaparición forzada ha sido una práctica que caracterizó el accionar paramilitar en la región y convirtió el río Guamuez en un cementerio y en la fosa común más grande del Bajo Putumayo.

Esas prácticas de terror y desaparición transformaron la relación de la comunidad con el afluente, pues el Guamuez también dejó de ser fuente de alimentación. El temor a toparse con los cuerpos y el miedo a la muerte que rondaba el río, hicieron que hombres y mujeres dejaran de pescar en él. “En el basurero abajo del río se encontraban los muertos. Los pescadores no salían a pescar porque se encontraban los muertos”, documentó el CNMH en el informe ​El Placer: Mujeres, coca y guerra en el Bajo Putumayo.

A partir de 1999, los paramilitares del Bloque Sur Putumayo se asentaron y apropiaron de varios municipios del Putumayo. Solo hasta el 2006, año de su desmovilización, este grupo armado se retiró del departamento, sin embargo, muy pocas acciones de los paramilitares se conocen hasta el momento, al igual que las cifras que dan cuenta de la cantidad de sus víctimas. Caso similar ocurre con 'Los Masetos’ que delinquieron en la región desde finales de los años 80, caso en el que los datos sobre desaparición y asesinato de civiles son aún más escasos. El nombre ‘Los Masetos’ fue usado en general para nombrar paramilitares en todo el país por esa época y provenía del grupo Muerte a Secuestradores.

Según las investigaciones del CNMH, los principales responsables de la desaparición forzada en el río, hasta ahora identificados, fueron los exintegrantes del Bloque Sur Andaquíes del Bloque Central Bolívar: Gustavo Gómez; Antonio Londoño Jaramillo, alias ‘Rafa Putumayo’ y Arnolfo Santamaría Galindo, alias ‘Pipa’. 

En las entrevistas y el trabajo de campo, el CNMH no encontró referencias a acciones y prácticas desplegadas por las guerrillas en el río Guamuez durante su periodo de hegemonía en la zona. Las fuentes documentadas por el CNMH en el informe sugieren que durante el dominio guerrillero, el río Guamuez no fue resignificado por prácticas armadas. En la base de datos de desaparecidos del CNMH se registran siete casos de desaparición en el río Guamuez, de las cuales cuatro fueron presuntamente perpetradas por los grupos paramilitares.