Los ríos

Río Lebrija

LA HISTORIA

Edgar Alfonso Sierra Sidray tenía 17 años recién cumplidos y comenzaba el grado noveno. Como lo hacía habitualmente, ese domingo decidió ir a ver un partido de fútbol con sus amigos a las 5 de la tarde, cuando el calor baja en Barrancabermeja y la gente sale a las calles a compartir unas horas con vecinos y amigos.  Los trágicos hechos que ocurrieron durante las siguientes horas marcaron el nombre del río Lebrija, ubicado a más de 70 km de distancia, en la memoria de los familiares del joven.

La amena tarde que disfrutaban los habitantes de este puerto petrolero, ese domingo 28 de febrero de 1999, se interrumpió con la llegada de un grupo de paramilitares. Primero, llegaron al barrio Provivienda y dispararon indiscriminadamente contra la comunidad que celebraba en medio de un bazar. Allí asesinaron a tres personas.

Luego hicieron un recorrido por la ciudad en el que mataron a otras cinco. En su camino, los paramilitares se encontraron con el grupo en el que se encontraba Edgar Alfonso y lo subieron al platón de una camioneta en la que se transportaban.

En medio de la llegada de los paramilitares, la gente que estaba en la calle comenzó a gritar y uno de los amigos de Edgar salió corriendo a avisarle a la familia. “Yo salí a la calle, esos hombres me dijeron que me detuviera, que me iban a matar. Yo alcancé a tener a mi hijo a un metro, pero comenzaron a disparar y se lo llevaron. Fue la última vez que lo vi”, cuenta Manuela Sidray, madre de Edgar.

Ese día, los ‘paras’ se llevaron también al taxista Luis Miguel Cifuentes. En total, asesinaron a ocho personas y desaparecieron a dos. La del 28 de febrero fue solo una de las más de 25 masacres perpetradas en Barrancabermeja desde mediados de los ochenta.

Cerca de 10 años después de la desaparición, tanto Manuela como Alix Vélez, esposa del Miguel Cifuentes, se enteraron de lo que les ocurrió a sus familiares. En una audiencia del proceso de Justicia y Paz, el paramilitar Mario Jaimes Peña, alias ‘El Panadero’, les confesó que les disparó en la cabeza a los dos y arrojó sus cuerpos al río Lebrija.

Decenas de personas en esa zona del Magdalena Medio sufrieron el mismo destino que Miguel y Edgar. Entre 1993 y 2006 un grupo de paramilitares secuestró a varias de sus víctimas en la región que abarca desde Barrancabermeja hasta el sur del Cesar, para llevarlas cerca al corregimiento de San Rafael De Lebrija, torturarlas, asesinarlas y arrojarlas al río Lebrija. Allí se encontraba la principal base de un sanguinario jefe paramilitar cuyo nombre se convirtió en sinónimo de terror en esas tierras: ‘Camilo Morantes’.

Su verdadero nombre era Guillermo Cristancho y conformó un grupo paramilitar conocido como Autodefensas de Santander y Sur del Cesar. ‘Morantes’ tenía una finca en San Rafael de Lebrija llamada La Gorgona, en la que asesinaba con crueldad a muchas de sus víctimas.  

Según cuenta Víctor Luna, representante de la comunidad del corregimiento en el proceso de reparación colectiva ante el Estado, el jefe paramilitar se ensañaba con las víctimas que no vivían en las cercanías a San Rafael. “A los que eran de por aquí los tiraban enteros al río, pero a los que traían de otras partes los destrozaban o les metían piedras para que no aparecieran. Si no eran conocidos, teníamos prohibido recogerlos”, cuenta el líder social.

El río Lebrija nace en las afueras del norte de Bucaramanga, con la unión de las aguas contaminadas de los ríos De Oro y Suratá, que arrastran los desechos de toda la zona metropolitana de la ciudad. Rápidamente el río avanza hacia el occidente, hacia el valle del río Magdalena, y durante su recorrido aumenta su caudal luego de recibir aguas más limpias de otros afluentes como la quebrada Musanga, cerca de San Rafael. Esta quebrada fue el escenario de una de las historias más escabrosas relacionada con la violencia paramilitar.

La quebrada Musanga es un cuerpo de agua rico en fauna, que llega al Lebrija y luego al río Magdalena.  Entre los animales que abundan en su caudal se encuentra un tipo de caimán, que, según cuentan en la zona, era usado por el jefe paramilitar para asesinar y desaparecer a sus víctimas. La Fiscalía ha investigado estos rumores pero no ha encontrado pruebas de su veracidad y varios desmovilizados han señalado que ‘Morantes’ solo usaba a los animales para amenazar a quienes retenía.

Según el líder social Víctor Luna, toda lo violencia de la zona terminó por afectar la relación entre la comunidad y el río Lebrija con sus afluentes. “Aquí muchos vivían de la pesca y les tocó por un tiempo dedicarse a otra cosa. Nadie compraba pescado porque decían que olía a muerto”, cuenta Luna.

La esperanza río abajo

Después de pasar por San Rafael, el Lebrija avanza hacia el noroccidente hasta desembocar en el río Magdalena, en los límites entre Santander y Bolívar. Familiares de las víctimas guardan la esperanza de que en los pueblos río abajo, hayan encontrado los cuerpos y los hayan enterrado como NN en los cementerios de la zona.

En el caso de los dos desaparecidos de la masacre del 28 de febrero del 99, sus familias dicen que, por las circunstancias en las que fueron arrojados los cuerpos al río, tienen alguna posibilidad de conseguir información en los pueblos a orillas del río Magdalena en el sur del Cesar.

Según el testimonio de alias ‘El Panadero’, entregado en una audiencia del proceso de Justicia y Paz, los cuerpos de Miguel y Edgar no sufrieron ningún vejamen después del asesinato. “Nos dijo que los lanzaron sin abrirlos, sin piedras, que habían tenido ‘suerte’ porque cuando se los llevaron a Camilo Morantes, no estaba drogado y por eso no los torturó.  Tenemos la esperanza de que puedan estar enterrados en algún cementerio”, dice Alix Vélez, esposa del taxista Miguel Cifuentes.

En el proceso de Justicia y Paz, alias ‘El Panadero’ había dicho numerosas veces que los habían asesinado por pertenecer a la guerrilla y por participar en varios robos, pero luego se retractó y confesó que había escogido al azar a Miguel y a Edgar, porque su jefe le había exigido que le llevara dos personas vivas. “Si no lo encontramos, al menos quiero que la memoria de mi hijo quede limpia. Él era una persona inocente, que no tenía nada que ver con la violencia”, dice Manuela, madre de Edgar.

Alix Vélez cuenta que durante el proceso de Justicia y Paz, varias familias de desaparecidos de Barrancabermeja, junto a la fiscal que llevaba el caso, contemplaron la idea de crear un “bloque de búsqueda” para irse de pueblo en pueblo con fotografías de las víctimas, para tratar de encontrarlos. “Al final trasladaron a la fiscal y a nosotros solos nos queda muy difícil.  Tenemos que trabajar para sostener a las familias y no podemos irnos río abajo buscándolos, dejando las cosas tiradas aquí”, explica Alix.

El régimen del terror de ‘Camilo Morantes’ terminó a finales de 1999, cuando Carlos Castaño ordenó su asesinato y sus hombres pasaron a formar un nuevo grupo paramilitar, el Bloque Central Bolívar, BCB. ‘Panadero’ fue capturado ese mismo año y ocho años después entró al proceso de Justicia y Paz, para recibir una reducción en su condena, a cambio de colaborar con la verdad y reparación de las víctimas.  En 2016, un tribunal lo expulsó del proceso por considerar que estaba ocultando información relacionada con el abuso sexual que sufrió la periodista Jineth Bedoya.

Aunque el número de desaparecidos en el río disminuyó después de la muerte de ‘Morantes’, el BCB continuó usando el Lebrija como fosa común.  En la sentencia en contra de los jefes paramilitares de este bloque,  entre ellos alias ‘Julián Bolívar’ y ‘Ernesto Báez’, los magistrados de Justicia y Paz documentaron al menos la desaparición de siete personas cuyos cuerpos terminaron en el río.

Según la base de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica, las autoridades han recuperado del Lebrija al menos 20 cuerpos de personas asesinadas en medio del conflicto armado desde mediados de la década de los ochenta.

 

Datos principales del río

Lugar de nacimiento
Magdalena Medio Santandereano, en la unión de los ríos Salamanga y Cáchira del sur.
Lugar de desembocadura
Río Magdalena en los límites entre Bolívar y Santander
Extensión
240 Kms
Departamentos por los que pasa el río
Santander,
Víctimas encontradas
  • Sin información.
  • Víctimas no encontradas
  • Sin información.
  • Iniciativas de memoria
    Sin información.
    Grupos armados en la zona
    Autodefensas de Santander y del Sur del Cesar (1993 - 1999)
    Paramilitares del Bloque Central Bolívar (2000 - 2006)