El Observatorio de Derechos Humanos del Gobierno, señala que la violencia entre grupos armados en el municipio de Maicao iniciaron en la década de los 70 por la bonanza marimbera y el contrabando. Desde los años 80 el departamento de la Guajira han hecho presencia los frentes 59 y 41 de las Farc, además de los frentes Luciano Ariza y Gustavo Palmesano del Eln, estos últimos principalmente en la zona baja del departamento.
Según la Misión de Observación Electoral, MOE, hasta 2003 operaron las Autodefensas Campesinas del magdalena y la Guajira, también llamadas autodefensas del mamey o Los Chamizos, año en que se empezaron a llamar frente Tayrona después de ser vencidas y unificadas por los hermanos Castaño y alias ‘Jorge 40’ para la unificación de los paramilitares. Maicao hace parte de la llamada Alta Guajira, en la que, dice el mismo informe, los grupos paramilitares tuvieron especial interés para poder controlar los puertos, el comercio legal y de contrabando y obstaculizar el ingreso de insumos de los grupos guerrilleros.
En Maicao y Uribia, que hacen parte de la Zona Especial Aduanera, existe contrabando de gasolina traída desde Venezuela, señala el Observatorio. De igual manera, dice que Maicao es un importante ‘punto de acopio’ tanto de productos legales como ilegales. La MOE también señala que en la Alta Guajira el comercio ha tenido un importante control por parte indígenas Wayuú. Rutas del Conflicto tiene documentadas cuatro masacres ocurridas en este municipio.
A junio de 2019 el conflicto en municipio se da principalmente por controlar las trochas que conectan maicao con Venezuela, lo que, según El Tiempo, ha representado un aumento en las tasa de homicidios y que ha afectado tanto a los pobladores como a los migrantes venezolanos.
La extracción de gas en el departamento representa, según un informe socioeconómico de la Cámara de Comercio de La Guajira en 2016, “el 23% de las reservas probadas y el 35,7% de las reservas probables del país”. Aunque en Maicao no hay extracción, sí pasa el gasoducto de Riohacha-Maicao, al cual las comunidades indígenas no permitían que se le hiciera mantenimiento en 2017, según El Espectador. A final de año, funcionarios de Promigas y Gases de La Guajira dijeron que el gasoducto era insalvable, documentó el Diario del Norte.