Más Secretos que respuestas: Edward Mattos pidió la restitución de tierra

En 2016 Edward Mattos Barrero, acusado por el asesinato de dos personas en el Cesar y vinculos paramilitares con el Bloque Norte y hermano del empresario -hoy en prisión- Carlos Mattos, radicó una solicitud de restitución de tierras por tres predios que dice que perdió a causa del conflicto armado. La Unidad de Restitución de Tierras, que nació con la Ley 1448 de 2011, es la encargada de decidir si una persona cumple con los requisitos necesarios para estar en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente. Mattos argumentó que tuvo que salir de los predios y abandonar los cultivos de palma de aceite que tenía en esas tierras por amenazas de Pedro Guerrero Castillo, alias Cuchillo, un paramilitar que no se acogió al proceso de Justicia y Paz.  (ver historia de Los Mattos una familia para enmarcar.

 

Por: Pilar Puentes Espinosa con la colaboración de Juan Carlos Granados 

El ganadero de Codazzi, Cesar, adquirió tierras en 2007 cuando los paramilitares del Bloque Centauros se estaban desmovilizado. El Secreto I, el Secreto II y el Secreto III ubicados en la vereda El Mielo, en Mapiripán, Meta. Los tres predios que suman 4.652 hectáreas están ubicados en este municipio de la Altillanura, en el que fueron perpetradas 37 masacres en la región, la primera de ellas en 1997 cuando la casa Castaño aliada con la fuerza pública y paramilitares de la región arribaron a Mapiripán causando un número aún indeterminado dede víctimas. (masacre de Mapiripán)

Las Autodefensas Unidad de Colombia enviaron a Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, desde el Urabá hasta el Meta con el objetivo de quitarle el negocio de coca a la guerrilla de las Farc. También, como se documentó en el libro Guerras recicladas, de la periodista María Teresa Ronderos, Don Mario fue el encargado de materializar un sueño de la Casa Castaño: “Volver al país un gigante de la producción de aceite de palma, fue lo que jalo a desembarcar tropas en Mapiripán (...). Allí testaferros y socios de su organización se apropiaron de tierras y alcanzaron a iniciar grandes sembrados de palma”. 

Don Mario se desmovilizó con el Blo que Centauros y en su proceso ante Justicia y Paz entregó 12 bienes que estaban en manos de testaferros del paramilitar en los departamentos del Meta y Vichada. Entre ellos entregó Los Agrados I, II y III vecinos de los predios Los Secretos. Sorpresivamente, también, entregó El Secreto III, predio que reclamó Mattos ante la Unidad de Restitución de Tierras y que Don Mario declaró que había usado los predios para el testaferrato . 

La solicitud 

Rutas del Conflicto pudo acceder a la resolución de negación a la restitución de los tres predios que pidió Edward Mattos. En este documento se registran los hechos que el ganadero le narró a la Unidad para ser considerado despojado, entre los que resalta cómo se hizo a la tierra en Mapiripán.

Mattos llegó con su empresa Agropecuaria Villa Diana, conformada junto con sus hijos Edward José, Laura y Diana Mattos de Castro y su esposa Tania Ines de Castro a Mapiripán.  En los folios de matrícula del Secreto I figura la compra que la empresa de la familia Mattos le hizo al adjudicatario José Guillermo Jimenez Cubillos en 2007. El Secreto II fue comprado también por la empresa a Óscar Jeferson Saavedra, ingeniero de la Cooperativa Palma del Llano. Según Indepaz, esta cooperativa englobó a Los Agrados -unió tres predios seguidos para conformar uno solo-, adjudicados irregularmente a dos trabajadores de Palma del Llano y a Diego Rivas Angel, un empresario que ha sido investigado por narcotráfico y lavado de activos, hermano del secretario del Ministerio de Agricultura del gobierno Uribe, en xxx año. Además Don Mario entregó como suyos Los Agrados para reparar a las víctimas en el proceso de Justicia y Paz.  (ver historia de Los Agrados)

El Secreto III fue comprado por Villa Diana a Rosa Delia Umbarila, esposa del adjudicatario del Secreto I. Una irregularidad en el proceso adelantado en su momento por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, ya que un mismo núcleo familiar no puede tener más de un predio rural para ser beneficiario de la Ley 160  de 1994. Mattos alegó que compró los predios por valor de mil quinientos millones de pesos, sin embargo, en la Oficina de Registros Públicos de San Martín, Meta, se registró la compra por el avalúo de cada uno de los predios. Por ejemplo, se anotó en el folio de matrícula que el Secreto I se había vendido por 44 millones de pesos. La URT advierte sobre la diferencia entre lo dicho por Mattos y lo que registran los folios de matrícula.  

En respuesta a estos hechos la Unidad de Restitución de Tierras llamó la atención en varios puntos: el primero, que los adjudicatarios vendieran tan solo 11 meses de haberse entregado el predio. Entre las condiciones que existen en la Ley 160 del 94, la Reforma Agraria, los campesinos “deberá demostrar que tiene bajo explotación económica las dos terceras partes de la superficie cuya adjudicación solicita” y “en todo caso, deberá acreditarse una ocupación y explotación previa no inferior a cinco años para tener derecho a la adjudicación”. Trabajar la tierra por tantos años y venderla al poco tiempo generó dudas en la institución. 

Además, la Unidad señaló que en los folios de matrícula está la anotación hecha por el Incoder que prohibía “enajenar sin autorización expresa del Incoder dentro de los cinco años siguientes a la adjudicación”, condición que no se cumplió al venderle a Edward Mattos.

Sumado a ello, todas las ventas que se hicieran de predios en Mapiripán debían tener una  autorización del Comité de Atención Integral a la Población Desplazada, dada la situación de conflicto en la región y evitando que las transacciones se hicieran bajo presión de grupos armados. Sin embargo, la resolución que protegía los predios Los Secretos llegó después de la venta a Matttos Barrero. 

La Unidad resaltó que Villa Diana en cabeza de Edward Mattos como representante legal hasta 2010, acumuló Unidades Agrícolas Familiares, UAF, numero de  hectáreas necesarias para garantizar la subsistencia de una familia en un área rural. En Mapiripán la UAF está entre 1360 a 1840 hectáreas y los tres predios que compró Mattos suman  4.652  hectáreas. A todas luces una violación al articulo 72 de la Ley 160 que prohibe adquiirir la propiedad sobre terrenos originalmente baldios sin excede los limites de una UAF. 

En 2015, en un debate de control político sobre la acumulación de la tierra en la Altillanura se  había advertido que Edward Mattos estaba acumulando tierras de origen baldío. De igual manera,  se denunció que el hermano de Edward, el excongresista Alfonso Mattos también tenía tierra acumulada en Vichada, donde una comunidad indigena sikuani denuncia que fueron desplazados forzosamente de su territorio por la familia Mattos.  (ver historia). 

La Unidad le contestó a Edward Mattos diciendo que “para este despacho violó de manera flagrante lo establecido en el artículo 72 de La ley 160 de 1994. Los tres predios adquiridos provienen de baldíos de la nación y la sumatoria de las áreas de los mismos exceden ampliamente la UAF. Lo cual configura una ilegalidad conocida como acumulación de baldíos”, se lee en la resolución de solicitud de restitución. 

Para el despacho de la entidad, Mattos no cumple con las condiciones necesarias para ser restituido. Llama la atención que el empresario, hoy en la cárcel esperando juicio por los delitos de concierto para delinquir y homicidio, pidiera la restitución del Secreto I y Secreto II cuando en 2016, una mujer llamada Edith Torres alegó ser la dueña de una parte de la propiedad de las fincas. En los folios de matrícula de los predios aparece que el Juzgado Promiscuo del Circuito de San José del Guaviare fallo a favor de estas pretensiones a un abogado que compró los derechos de Torres. La familia Mattos de Castro perdió la mitad de cada uno de los terrenos. Al tiempo que se adelantaba este pleito en un juzgado del Guaviare sobre la propiedad, Mattos iniciaba la solicitud de restitución.

El sembrado de palma continúa 

El Secreto III en su entrada tiene una valla que dice que ese predio está siendo administrado por la Unidad de Víctimas. Daniel Rendón, alias Don Marío, después de declarar en las audiencias de Justicia y Paz, que esta fica y otras en el Meta  eran utilizadas por testaferros y entregó la tierra como forma de reparación a las víctimas del Bloque Centauros. El paramilitar alegó que era un predio de su propiedad y omitió que la titularidad está en manos de Agricola Villa Diana y la familia Mattos de Castro. 

Rutas del Conflicto preguntó a través de un derecho de petición a la Fiscalía 38 de Justicia y Paz por qué Don Marío entregó solo uno de los Secretos o por qué entregó el Secreto III si era propiedad de empresario cesarense. A la fecha no se ha obtenido respuesta. 

Al Fondo para la Reparación de las Víctimas le llegó el predio El Secreto III el 12 de marzo de 2012. En ese momento tenía sembradas 444 hectáreas de palma de aceite. Según el Fondo la palma estaba en un pésimo estado de conservación que debían atender de inmediato ante una posible plaga. Según “el acta de recepción por orden del magistrado de control de garantías fiscalía 38 delegada Unidad Nacional Para La Justicia y La Paz; se puede evidenciar el mal estado en que se recibieron los cultivos de palma”. 

La producción servirá para reparar a las víctimas, ya que la Fiscalía no ha aprobado la extinción de dominio y por ende el Fondo no ha podido vender la finca. El Secreto III durante los últimos años ha aumentado la producción en más de un 200%, según datos de la Unidad de Víctimas. En el cultivo trabajan 29 personas de las cuales 14 son víctimas del conflicto armado, para la entidad es la oportunidad de dar un trabajo digno y que contribuye a una reparación integral. 

Sin embargo, el Fondo no ha podido administrar plenamente el predio. Desde que asumieron su administración en 2012 se han presentado invasiones y por lo que presentaron acciones policivas y penales. “Son conocidas por la Inspección de Policía de Mapiripán, hasta la fecha no arrojan resultados por razones, tales como, inactividad en los despachos de los entes de control, otra por falta de policía judicial en la zona y  por condiciones de orden público”, afirmó la entidad   

Además advierten que están respondiendo a una querella policiva por perturbación a la servidumbre adelantada por Milciades Ignacio Forero contra la Unidad. Presuntamente,  está ocupando una porción de tierra que dice ser de Forero, para la entidad esta situación es inconsistente ya que quien tiene la administración total del predio es el Fondo. A la fecha, la Unidad de Víctimas desconoce si Edward Mattos o alguna persona de su familia o trabajador están involucrados en los procesos de ocupación ilegal y el adelantado por Forero. 

Han pasado 10 años desde que el Bloque Centauros se desmovilizó, tiempo que ha dejado más preguntas sobre la participación de Edward Mattos en el conflicto y su relación con Don Mario. También falta conocer cómo Villa Diana perdió más de la mitad de los predios por un proceso de pertenencia en un juzgado del Guaviare mientras que las víctimas del despojo de Mapiripán y los dueños originales de esas tierras esperan a que algún día puedan disfrutar la tierra a la que llegaron los paramilitares. 







 

Actualizado el: Mar, 08/16/2022 - 14:57