Puerto Gaitán es uno de los municipios del Meta que hace parte del Corredor Central, integrado por 25 municipios de los departamentos de Meta, Caquetá y Guaviare, que conforman un corredor en el sur del país, en medio de fronteras.
En septiembre de 1987 paramilitares conocidos en la zona como ‘Masetos’ asesinaron a siete campesinos, en el corregimiento El Porvenir del municipio de Puerto Gaitán en el Meta, según testimonios entregados por campesinos del sector. Los ‘paras’, llegaron al caserío con lista en mano, sacaron a las víctimas de sus casas y les dispararon delante de toda la comunidad, según registró el portal periodístico Rutas del Conflicto.
Los ‘Masetos’ llegaron a la zona al mismo tiempo que el esmeraldero ‘Víctor Carranza’ compró las mejoras de un inmenso hato adjunto al caserío. Según afirma el portal, los paramilitares tenían como base, un campamento en medio de la propiedad de Carranza. El llamado ‘Zar’ de las esmeraldas, que murió en marzo de 2013, siempre negó los señalamientos que lo relacionaban con grupos paramilitares y la justicia nunca lo condenó por ninguno de estos hechos.
A principios de los años 80 llegaron a los Llanos Orientales narcotraficantes y esmeralderos boyacenses a comprar grandes hatos ganaderos. Llevaron sus grupos de seguridad privada, muchos de ellos integrados por miembros de las Autodefensas del Magdalena Medio, provenientes de Puerto Boyacá.
El 18 de septiembre de 1991 este mismo grupo paramilitar, señalado de vestir prendas del Ejército, llegó a la finca La Esperanza en la vereda El Limón, en el municipio de Puerto Gaitán y asesinaron a cinco campesinos.
El 5 de noviembre de 1998 un grupo de paramilitares no identificados llegó al municipio de Puerto Gaitán, Meta, en los límites con el Vichada y asesinó a 17 personas en su paso por las veredas Puerto Mosco, Alto Tillava, El Planchón y La Picota. Durante el ataque paramilitar, el grupo mató ganado y quemó varias viviendas.
Actualmente este territorio se lo disputan agrupaciones como las Autodefensas Gaitanistas, los Puntilleros, el Bloque Suroriental y pequeños brotes de nuevas organizaciones que ganan terreno. Todos buscan dominar los cristalizaderos, la minería y las rutas del narcotráfico entre Venezuela y Brasil, según el diario El Espectador.
Este municipio además, fue el sitio de explotación petrolera del campo Rubiales. A la vereda de Rubiales también llegaron los primeros guerrilleros de las Farc a mediados de la década de los ochenta. El número de guerrilleros y su poder aumentaron a principios de la década de los 90 con la expansión masiva de los cultivos de coca. Entre 1990 y 1995, la guerrilla asumió el control de las plantaciones y se fortaleció militarmente. Aumentaron los ataques contra las estaciones de policía y contra la infraestructura petrolera de Rubiales, que en ese momento se reducía a un campo de baja producción en manos de la empresa Australiana Coplex.
En el año 2003, en la Altillanura, el empresario Germán Efromovich compró los derechos de explotación petrolera del campo Rubiales, en el municipio de Puerto Gaitán, a través de su empresa Meta Petroleum, que años más tarde se fusionaría con Pacific Rubiales. Al mismo tiempo, en el Piedemonte Llanero, Ecopetrol amplió la producción del bloque Cubarral. Pese a que algunos sectores de la población estuvieran en contra de la explotación, no fue obstáculo para que en 2008 el departamento del Meta, por primera vez en su historia, se convirtiera en el primer productor de crudo, por encima de Arauca y Casanare.
Sin embargo, campesinos cercanos al campo Rubiales han denunciado a través de distintos medios de comunicación lo que han tenido que soportar en términos de conflicto armado y apropiación de tierras y fincas.
Según el diario El Espectador, un informe en 2016 de la Federación Internacional de Derechos Humanos alertó sobre los daños ambientales y sociales que causó Pacific Rubiales en todo el departamento del Meta. El informe se publicó 11 días después de que la empresa canadiense Pacific Exploration & Production Corp. le entregara campo Rubiales, el bloque petrolero más productivo del país, a la empresa nacional Ecopetrol. El informe revela vertimientos contaminantes en Caño Rubiales, sismos en el municipio de Puerto Gaitán, represión de los líderes sindicales y un impacto negativo sobre el pueblo indígena sikuani.