la historia de mi municipio la cuento yo

El equipo de Rutas del Conflicto brindó talleres de periodismo a cinco estudiantes de noveno grado del colegio de Recetor, con el fin que ellos se convirtieran en reporteros jóvenes para continuar alimentando el sitio Recetor: Mi Municipio. De una forma genuina y partiendo de su propia creatividad, todos los textos son escritos por ellos y las fotografías son de su autoría.



RECETOR, UN PUEBLO DE GUERRA

LOS PARAMILITARES ENTRARON AL PUEBLO

UNA PEQUEÑA ESPERANZA EN SUS CORAZONES

UNA HISTORIA QUE NUNCA OLVIDARÉ

RECETOR, UN PUEBLO HERMOSO

RECETOR, UN PUEBLO DE GUERRA

Esta historia abarca temas muy trágicos para muchas personas del pueblo de Recetor….

Recetor en los años 60 era un pueblo muy tranquilo la gente era muy humilde, trabajadora, luchaban para sacar a sus familias adelante. Les gustaba el campo, sus fincas eran muy buenas, personas trabajaban cada uno para ayudarse en lo que necesitara el otro. Pero esta tranquilidad no duró mucha. Los grupos armados llegaron el 87 aproximadamente, personas que al llegar al pueblo trajeron ruinas, tristezas, angustias y muertes a muchas familias. “Nuestra tranquilidad se terminó”, comenta Margarita, mi tía. Llegaban a las casas con sus armas, intimidaban a la gente para que hicieran acato a todo lo que le decían, les pedían comida, les pedían posada y el que no hiciera acato a aquellas personas lo mataban o le decían que estaba prestando servicio al ejército y lo mataban sin culpabilidad alguna. Al sentirse vulnerables por aquellos hombres les obedecían a lo que les dijeran.

Pasado un tiempo se llevaron a 33 personas del pueblo de Recetor, entre ellos están el doctor Heiner, su compañero de ambulancia , dos enfermeras, tres profesores, un exalcalde y otras personas de las cuales solo 11 han sido hallados, y los demás aún siguen desaparecidos. La gente del pueblo comentaba sobre cosas que no eran ciertas y esto conllevó también a la muerte de muchas familias, por envidia, por venganza o por el simple hecho que les caían mal, los acribillaban y lanzaban sus cuerpos a los ríos más cercanos. “esto me dejo un trauma psicológico muy grande”, comenta mi tío Faustino.

En el 2007 aproximadamente ya la guerrilla o fuerzas armadas se desaparecieron y nuestro pueblo volvió a ser el mismo pero con grandes pérdidas tanto económicas como familiares.

Por: Jessica Natalia Fino Ariza


LOS PARAMILITARES ENTRARON AL PUEBLO

En los tiempos de guerra del municipio de Recetor sucedieron cosas trágicas e inolvidables porque nunca se borrarán de las mentes de los recetoreños.

En el año 2003 llegaron los paramilitares al pueblo y empezaron a humillar a la gente y amenazarla. Los recetoreños muy asustados tenían que obedecer a las órdenes, algunas familias huyeron del pueblo y otras se quedaron por miedo a que los mataran por el camino.

Los paramilitares enfurecidos comenzaron a citar a las personas por grupos que tenían que reunirse en la escuela de la vereda El Vegón, donde escogían a las personas y las mataban en forma sangrienta (los ahorcaban, desmembraban, ahogaban y fusilaban).

Después de estos hechos los paramilitares comenzaron a enviar mensajes a los familiares de los que habían matado para que se fueran de pueblo y nunca regresaran. Las familias recetoreñas muy asustadas y después de recibir la orden, recogieron sus pocas cosas y salieron del pueblo a municipios vecinos (Pajarito, Aguazul, Tibasosa).

Pasaron más de dos años y las familias recetoreñas volvieron al pueblo muy asustadas y tristes a realizar una nueva vida.

Ya han pasado 13 años desde los hechos y las familias recetoreñas ya han vuelto a realizar sus vidas, pero claro, con un vacío muy grande (por la pérdida de familiares y amigos).

La fiscalía se ha encargado de buscar cuerpos de los desaparecidos, se han encontrado muchas fosas, se han exhumado varios cuerpos y por el momento han entregado 8 cuerpos de familiares recetoreños.

Por: Edwin Cepeda


UNA PEQUEÑA ESPERANZA EN SUS CORAZONES

Según mis antepasados, Recetor, Casanare, antiguamente era un municipio muy afectado por los grupos al margen de la ley. Mi madre me contó que hace unos años ella y mis tíos vivían en la finca, una tarde ellos estaban muy tranquilos en su casa cuando de pronto llegaron unos hombres y empezaron a decirles que se tenían que ir de la casa, entonces como mis tíos querían mucho su casita no se quisieron ir. Entonces ellos empezaron a tratarlos mal y a pegarles. Como ellos no se fueron de la finca los cogieron a las malas y se los llevaron a mi madre y a mis tíos. Los llevaron hasta un lugar y ahí los bajaron a mi mamá y a algunos de mis tíos los dejaron en ese lugar y a otros tíos se los llevaron pero ellos les decían que se quedaran ahí y que si no regresaban rápido que se fueran para la casa pero que ellos volvían.

Entonces poco a poco fue pasando el tiempo y ellos nada que regresaban y ellos ya crecieron, se volvieron unas personas responsables pero aún no sabían de sus hermanos pero todavía les quedaba una pequeña esperanza de vida de ellos. Hasta que la Fiscalía empezó a investigar y encontraron unas fosas y entre esas estaban algunos cuerpos de ellos.

Pero estaban revueltos con los cuerpos de otras personas que también habían matado. Pasó un año mientras hacían bien la investigación, entonces la Fiscalía llamó y les informaron que encontraron a 3 de mis familiares pero todavía falta una persona de mi familia por encontrar que es mi prima.

Pero a pesar de la tristeza que tenían ellos, sentían un poco de paz en sus corazones porque ya saben de sus hermanos y encontraron sus cuerpos y pueden tenerlos cerca para en cualquier momento ir a visitarlos.

Por: Laura Yidid Alemán Peña


UNA HISTORIA QUE NUNCA OLVIDARÉ

Esta historia está contada desde la voz de mi abuela, que me contó lo que pasó.

“Cuando estábamos en tiempo de guerra todo era muy complicado. Mi esposo, que se llamaba Adolfo Figueroa, y yo, su esposa Magdalena Nuñes, vivíamos en el Vegón, en una casita humilde, que construimos los dos con tanto amor y mucho esfuerzo para nosotros y nuestros hijos. Teníamos que soportar a todos estos grupos al margen de la ley en nuestra casa, llegaban y nos pedían cosas para ellos poder alimentarse.

Nosotros no podíamos negarnos a estas peticiones porque poníamos en juego nuestras vidas, por eso éramos amables con cada grupo: fueran paracos, guerrilla y soldados. Nos daba miedo que de pronto algunos de estos grupos se encontraran en la casa y pudiera pasar una tragedia. Un día intentaron asesinar a mi esposo con una puñaleta, pero gracias a Dios no lo hicieron. Todo fue muy duro, mi hija tuvo que desplazarse hacia Bogotá. Y muchas personas se fueron por amenazas, por el temor a morir.

A mi esposo y a mí nos dijeron que nos fuéramos, pero nosotros les respondíamos: “no nos vamos a ir de nuestro pueblo, si morimos que sea aquí donde nacimos”. Y así lo he hecho hasta ahora, no me he ido de mi pueblo Recetor”.

Por: Mildrey Vargas.


RECETOR, UN PUEBLO HERMOSO

Esta historia está contada desde la voz de mi papá, que me contó lo que pasó.

“Recetor, después del 2004 se convirtió unos de los pueblos más hermosos de Casanare. Gracias a Dios se acabaron esos años de miedo y pues mucha gente quedó muy adolorida y decidió marcharse de Recetor, pero también mucha gente decidió volver a la tierra que los vio crecer y luchar por lo poco que tienen. Después de eso el gobierno los ayudó mucho y a las familias damnificadas por los conflictos de la guerra los están ayudando pero en especial a una.

Les voy a narrar una historia que me pasó. Yo era un joven que decidió marcharse de Recetor para buscar trabajo entonces un amigo me dijo que fuéramos para Venezuela y nos marcharos. Allí conocí a una mujer y nos enamoramos y vivimos juntos entonces ella falleció. Decidí volver a Recetor con cuatro hijos y ahora soy un ejemplo para muchos porque a pesar de todo lucho para que mis hijos sean buenas personas”.

Por: Wilfer Bernal


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