Ataques, amenazas e intimidaciones. Esto han sufrido los líderes sociales en Arauca desde hace años. La Comisión de la Verdad inició en 2019 un trabajo con los defensores de derechos humanos en el que se ha hecho un diálogo social con los líderes y lideresas afectadas en el departamento. Arauca fue el foco de los medios de comunicación el 2 de enero de este año por una masacre que dejó 27 muertos según la Fiscalía.
Desde el 2021 la Comisión advirtió que esto podría suceder. Los equipos de la Comisión de la Verdad hicieron un recorrido por el departamento y confirmaron lo que líderes, lideresas y habitantes del territorio han estado denunciando: el aumento en los enfrentamientos entre el ELN y el Frente 10 de las disidencias de las Farc. Jeannette Villegas, funcionaria de la Comisión, explica que las confrontaciones entre estos grupos armados ofrecieron indicios de una posible repetición del conflicto.
En lo que va de 2022 la situación no parece mejorar. “Enero y febrero fueron meses con una enorme cantidad de violencia, mientras que en marzo disminuyó, pero se siguen presentando homicidios y si bien ya no hay confinamiento la gente sigue con miedo”, asegura Villegas.
Cifras de la Defensoría del Pueblo mostraron que solo en enero de 2022 se cometieron 66 homicidios y que 1284 personas del departamento fueron desplazadas. La ONG Indepaz reportó que tres líderes sociales fueron asesinados ese mismo mes. En febrero, según registros de la Policía, hubo 35 asesinatos, para el Ministerio de Defensa fueron 42. En cuanto a asesinatos de líderes sociales en febrero, Indepaz reportó dos, y el 11 de febrero la Defensoría del Pueblo dio a conocer que 2687 personas se desplazaron en Arauca. Por su parte, la organización Human Rights Watch comunicó el 28 de marzo que entre enero y marzo se han presentado 3860 desplazamientos en Arauca y más de 3000 desde Venezuela.
Para una lideresa de la región, el incremento de la violencia se ha percibido desde hace varios años. ¨Muchos hablan de que la violencia en Arauca se disparó desde 2021, pero los líderes sociales tenemos conocimiento que fue en el 2018 con la reestructuración de las Farc, lo que ahora llaman disidencias¨, cuenta la lideresa*. La mujer sostiene que con el recrudecimiento de la violencia se ha visto la importancia de los defensores de derechos humanos. ¨Cuando asesinan a un líder social no solo se pierde una vida sino una voz que defiende a las comunidades porque la gente confía más en nosotros que en las autoridades¨, expresa la líder.
Según explica Jeannette Villegas, las amenazas y los ataques contra los líderes sociales ahora son directos, como sucedió el 19 de enero en Saravena cuando explotó un carro bomba mientras los defensores de derechos humanos de la región discutían sobre la situación en el departamento. La funcionaria agregó que la violencia que está azotando al departamento también ha perjudicado a la población de Apure en Venezuela, que limita con Arauca, lo que ha producido desplazamientos que aún no han podido cuantificar.
Para hablar sobre la compleja situación social y de violencia que atraviesa el territorio, la Comisión de la Verdad convocó un foro que se realizó entre el 21 y 24 de marzo con las comunidades de la región, en donde se debatieron asuntos como las políticas extractivistas de la región y la participación de la población en esas actividades. “Las comunidades fueron enfáticas en decir que es necesario un fortalecimiento del acceso a la tierra por parte del campesinado y que el Estado no solo debe preocuparse por la militarización sino trabajar de la mano con la población para reparar los daños que se han ocasionado en Arauca”, cuenta Villa.
La lideresa consultada asegura que el Estado tiene una deuda con Arauca, pues aunque el departamento genera réditos a través del petróleo, la población no ha visto los beneficios. “En Arauca tenemos petróleo, industria hidroenergética y lucro político, entonces no solo son los grupos armados los que contribuyen a la violencia. Las tropas del Ejército se dedican a proteger las explotaciones petroleras, pero la violencia en Arauca no disminuye sino que se incrementa”, expresa la lideresa.
Agrega que si el Estado quiere lograr un cambio en Arauca debe tener voluntad política para implementar el Acuerdo de Paz y la Reforma Rural Integral, para industrializar el campo y que haya más empleo.¨Para que esto se logre, el nuevo Gobierno debe buscar un acuerdo con el ELN para cerrar otro capítulo de violencia en el departamento¨, afirma la líder.