Guaviare ha sido por décadas uno de los departamentos con mayor incindencia del conflicto armado debido a su aislamiento con el centro del país y al abandono estatal. Hoy, tras la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, llegar a su capital resulta mucho más sencillo, cientos de exguerilleros desmovilizados se concentran en dos espacios territoriales del municipio, pero el problema del aislamiento sigue siendo latente en sus corregimientos y veredas, convirtiéndolos en caldo de cultivo para el abandono y la ilegalidad.
Líderes y pobladores coinciden en que implementar el Acuerdo de Paz es mucho más que habilitar dos espacios para la reincorporación de excombatientes. Ejecutar las reformas pactadas también se ha convertido en la posibilidad de buscar respuestas a la ausencia de Estado en la capital del Guaviare y ha creado expectativas en la población, que hoy se mantiene bajo la incertidumbre del impulso que tendrá la implementación del Acuerdo con el Gobierno actual.
¿Qué ha pasado con la implementación del Acuerdo de Paz en este municipio? ¿A qué dificultades se enfrenta para transformar la ruralidad, ampliar la participación política, reincorporar a los excombatientes, sustituir los cultivos ilícitos y garantizar los derechos de las víctimas? Funcionarios del Municipio y la Gobernación, así como víctimas y excombatientes de la Farc, muestran la mirada local de uno de los procesos más relevantes de la historia reciente del país.