¿LLEGÓ LA PAZ?

En 2016, el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc firmaron el Acuerdo de Paz en La Habana, Cuba, después de 4 años de negociación. Como parte lo acordado, Vista Hermosa fue elegido como uno de los municipios en los que las Farc entregaron sus armas e iniciaron su reincorporación. La paz cambió la vida de muchas mujeres aunque todavía hay problemas en el municipio.

El 20 de junio de 2010, Juan Manuel Santos fue elegido como presidente de Colombia. En Vista Hermosa, si bien los años más difíciles ya habían pasado, seguían ocurriendo hechos victimizantes contra la población. El banco de datos “Noche y Niebla” del Cinep registró en 2010, cerca de 13 hechos victimizantes relacionados con reclutamiento de menores, asesinatos y amenazas, por parte de paramilitares, Farc y Ejército.

Además el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), tiene registrado que para 2010, en Vista Hermosa se presentaron 28 accidentes por minas. Si bien estas cifras registran que en el municipio solo ha habido hombres víctimas por este hecho, y si bien son la gran mayoría, la Dirección de Acción Integral Contra Minas Antipersonal (Daicma) también reconoce víctimas mujeres y tiene registradas un total de 30 en Vista Hermosa.

Según Daicma, Vista Hermosa es el municipio con más víctimas por minas en el país. Foto: María Jimena Neira Niño.
Según Daicma, Vista Hermosa es el municipio con más víctimas por minas en el país. Foto: María Jimena Neira Niño.

En el 2005 hubo una masacre en la vereda Caño Veinte de Vista Hermosa así que Luz Dary Pineda tuvo que salir desplazada de su finca junto a su comunidad. En el 2010, la población desplazada de Caño Veinte ya había retornado voluntariamente así que una organización que hacía parte del Plan Colombia, les ofreció unas ayudas en abonos y mercados para proyectos productivos.

Los mercados iban a ser entregados el 22 de abril de 2010. Luz Dary asegura que para la entrega de estos hubo mucha confusión pues cambiaron varias veces el lugar hasta que finalmente dijeron que los iban a entregar en una casa abandonada.

Allí llegaron 79 personas de la vereda a reclamar las ayudas pero a las 10 de la mañana, un niño llamado Juan David Silva pisó por accidente una mina que dejó a 10 personas heridas. Al rato llegaron unos militares que estaban haciendo desminado por la zona con un perro y entraron a la casa, sin embargo, el perro no detectó una mina y la pisó, lo que generó la segunda explosión.

Luz Dary asegura que ser víctima de minas es morir y volver a nacer. Ella considera que dentro de todas las cosas que le han pasado como ser víctima de desplazamiento, vivir la desaparición de un hermano o haber sido secuestrada por paramilitares durante casi 20 días, la peor de todas es haber caído en una mina. “No lo comparo con ningún otro hecho. Eso me dejó marcada, me quedaron unas esquirlas, me quedaron secuelas y un estado de salud pésimo. Yo digo, eso me quitó la mitad de mi ser porque no puedo correr, no puedo estar mucho tiempo de pie. Son cosas que he ido superando porque no quiero vivir el pasado, quiero vivir el presente. La que está acá es otra mujer que dejó ir esas cosas atrás”, asegura Luz Dary.

El 2010 también fue un año importante porque se realizó en el municipio de La Macarena, Meta, la Audiencia Pública “Crisis Humanitaria en los Llanos Orientales” en la cual se habló por primera vez y públicamente de las llamadas “ejecuciones extrajudiciales” cometidas por el Ejército en la región de La Macarena, de la cual hace parte Vista Hermosa. A esta audiencia asistieron cerca de 500 campesinas y campesinos junto con delegados de la Unión Europea.

Según Adriana Pestana, coordinadora del área psicosocial de Colectivo Sociojurídico Orlando Fals BordaONG que trabaja en el apoyo jurídico y acompañamiento psicológico de familias en casos de desaparición forzada en el marco del conflicto armado colombiano. la audiencia fue posible gracias a denuncias que habían hecho las comunidades en relación a “ejecuciones extrajudiciales” en la región. “Las comunidades nos contaban que había un problema sanitario en los municipios porque estaban llegando olores a las casas y el agua estaba contaminada. Luego se supo que esto se debía a que el Ejército Nacional llegaba a los municipios en helicópteros llenos de cuerpos, los arrojaban al cementerio y el sepulturero lo que hacía era abrir una fosa, echarlos y ponerles N.N.”, asegura Adriana.

Según la Fiscalía, en el cementerio de Vista Hermosa se encontraron 90 cuerpos inhumados como no identificados. Foto: María Jimena Neira Niño.
Según la Fiscalía, en el cementerio de Vista Hermosa se encontraron 90 cuerpos inhumados como no identificados. Foto: María Jimena Neira Niño.

Pestana también afirma que a partir de la audiencia se logró incidir para que el Ministerio del Interior hiciera un censo de los cuerpos no identificados en cementerios de todo el país. “Se logra establecer que eso que estaba sucediendo en La Macarena era una situación que pasaba en todo el país. En ese momento se dijo que en los Llanos Orientales en solo cinco cementerios como el de Villavicencio, Granada, Vista Hermosa, La Macarena y San José del Guaviare, había alrededor de 2300 personas registradas como no identificadas”, asegura Pestana.

Actualmente, la Fiscalía trabaja en estos cementerios por medio del Grupo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas, Grube. Este grupo encontró que en el cementerio de Vista Hermosa se encontraban alrededor de 90 cuerpos inhumados como no identificados, de los cuales han podido identificar a 30 de ellos. En muchos casos, estos cuerpos coincidieron con personas que habían sido desaparecidas.

Vista Hermosa es un municipio prioritario en el Acuerdo de Paz por la afectación que vivió su gente durante la guerra. Foto: María Jimena Neira Niño.
Vista Hermosa es un municipio prioritario en el Acuerdo de Paz por la afectación que vivió su gente durante la guerra. Foto: María Jimena Neira Niño.

En marzo de 2012, el presidente Santos anunció que su gobierno estaba en conversaciones con la guerrilla de las Farc para iniciar diálogos de paz. Después de meses de encuentros entre las partes, el 26 de agosto de ese año, delegados del gobierno y de las Farc firmaron en La Habana el “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Este documento dio inicio formal a las negociaciones, con el apoyo y veeduría de Noruega y Cuba.

Desde ese momento, la vida de Lucila Gómez y su comunidad en la vereda Alto Guapaya de Vista Hermosa, empezó a cambiar. Durante años su economía se basó en el cultivo de coca, sin embargo, por medio de una oportunidad que brindó un candidato a la Alcaldía, en el 2012 decidieron cambiar la coca por café. “Eso se dio porque el tema de comercio de cultivo ilícito lo manejaba las Farc y ellos no todas las veces pagaban a tiempo entonces durábamos hasta 8 meses en que no teníamos recursos y las familias se veían asfixiadas económicamente, así que se tomó la decisión de cambiar de cultivo”, asegura Lucila. Con el tiempo recibieron apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, y hoy en día comercializan este café en ferias en el departamento y el país.

El 23 de junio de 2016 se firmó en La Habana el “Acuerdo sobre cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de armas entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP”, también conocido como Acuerdo Fin del Conflicto, en el cual se establecieron los parámetros para el proceso de dejación de armas y de reincorporación a la vida civil de excombatientes. Para ello, las Farc debían concentrarse en 23 puntos llamados Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) junto a otros 8 campamentos en donde después de 180 días, realizaron la entrega de todo su armamento ante la ONU.

Al otro día de la firma del acuerdo, el Ministerio de Defensa dio a conocer que una de las zonas de concentración de las Farc estaría ubicada en Vista Hermosa. En agosto de ese año, Santos anunció que la zona quedaría en la vereda La Cooperativa, a dos horas del casco urbano del municipio. Las otras veredas escogidas en el Meta para la reincorporación fueron Buenavista, en Mesetas, La Ye, en Mapiripán y La Horqueta, en La Macarena. Esto convirtió al Meta en el departamento con más zonas de reincorporación en el país.

Gloria Jiménez salió desplazada de Vista Hermosa durante la zona de distensión y regresó cuando esta se acabó. Ella asegura que la paz se ve reflejada en la tranquilidad que se vive en el pueblo pero no en oportunidades laborales.

“Esto aquí está ya muy sano, usted ya no ve violencia ni nada por acá en Vista Hermosa, ya se vive más tranquilo. La tranquilidad volvió al pueblo, pero en ayudas para trabajo sigue lo mismo. Aquí lo único que movía la plata era la coca, pero como ya erradicaron eso entonces ya la gente se mantiene pero con dificultades. Aquí el pueblo está muy pobre, no hay oportunidades para los jóvenes ni nada”.

- Gloria Jiménez.

El 25 de agosto de 2016, los equipos negociadores del gobierno y las Farc firmaron en La Habana el “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera”. Al día siguiente lo firmaron Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez, “Timochenko”, en Cartagena. A partir de este momento inició la implementación del acuerdo que incluyó que excombatientes de las Farc se desplazaran a las puntos de concentración.

La zona veredal de Vista Hermosa queda ubicada en el caserío La Cooperativa. Foto: María Jimena Neira Niño.
En las zonas de concentración nacieron los primeros hijos e hijas de excombatientes en la vida civil. Foto: María Jimena Neira Niño.
La zona veredal de Vista Hermosa queda ubicada en el caserío La Cooperativa. Foto: María Jimena Neira Niño.
En las zonas de concentración nacieron los primeros hijos e hijas de excombatientes en la vida civil. Foto: María Jimena Neira Niño.

El punto de reincorporación de La Cooperativa fue nombrado “Georgina Ortiz” por sus integrantes, en honor a una compañera guerrillera que había muerto en combate. Según la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, para febrero de 2017, la zona contaba con 329 excombatientes adultos junto a 8 menores de edad, provenientes de los frentes 27, 44 y 43 del Bloque Oriental de las Farc.

La creación de esta zona veredal ha sido una oportunidad para que muchas mujeres de Vista Hermosa tal vez encuentren respuestas sobre sus familiares desaparecidos. Una vez instalada, Martha Garzón viajó a La Cooperativa en busca de información sobre la desaparición de su sobrino Ilderney Salinas, un militar de 23 años que desapareció en el 2006 mientras se transportaba en un bus rumbo a Vista Hermosa. El primer comandante que hubo en la zona quedó de ayudarle pero cuando Martha volvió, lo habían cambiado y Byron, el nuevo comandante, le dijo que en la zona veredal de Mesetas le podían dar más información. “No hay información concisa pa’ uno orientarse, no lo orientan a uno ni el uno ni el otro”, asegura Martha.

Además de asistir a la zona a preguntar por su sobrino, Martha asistió a una escuela de formación sobre enfoque de género. “Fue bueno estar allá con diferentes personas que han manejado las armas porque pude conocer sus razones. También pude expresar que habíamos varios que nunca hemos empuñado un arma pero que aquí estamos y que podemos seguir adelante, podemos unirnos porque es más fácil unirnos sin las armas. Fue una experiencia muy bonita”, asegura Martha.

Las opiniones que tienen las mujeres de Vista Hermosa sobre el Acuerdo de Paz son diversas y sin embargo todas son críticas frente a este. Hay algunas que han visto en el acuerdo una posibilidad para salir adelante con sus organizaciones, para obtener fondos que llegan de Cooperación Internacional y para fortalecer sus liderazgos como mujeres. Muchas también consideran que en Vista Hermosa ahora se siente una tranquilidad que no se había sentido antes y que los índices de violencia han bajado.

Otras en cambio consideran que si bien hay más tranquilidad, el temor de que en cualquier momento pueda pasar algo es latente pues todavía se oye de personas asesinadas o desaparecidas en el municipio. Igualmente, algunas mujeres creen que la paz no se ha traducido en oportunidades laborales para las mujeres, las cuales siguen siendo precarias. También existe una desconfianza generalizada hacia las instituciones estatales que, según ellas, les han dado la espalda por años y creen que lo van a seguir haciendo.

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