Datos principales
Municipio y departamento: ,
Vereda y corregimiento: Corregimiento La Chaparrala, vereda Quebrada Arriba
Presunto responsable: Se desconocen los responsables
Fecha: / /
LISTADO DE VÍCTIMAS
Arley Darío Morales, Alexander Sucerquia , Gilberto Arnoldo Higuita Sucerquia y ds víctmas más que no han sido identificadas.
Masacre de Andes, 25 de abril de 2021
Actualizado el: Lun, 07/19/2021 - 14:17
El 25 de abril de 2021 en Andes, Antioquia, fue perpetrada la que sería la masacre 32 en Colombia, la segunda en ese municipio en lo corrido del año. Ocurrió en una finca del corregimiento La Chaparrala, en la vereda Quebrada Arriba, a unos 30 minutos del casco urbano. Al igual que en la masacre anterior en este municipio, las víctimas fueron cinco recolectores de café, que fueron sacados a orillas de la carretera por hombres armados y posteriormente asesinados. Hasta el momento han sido identificados tres de ellos: Arley Darío Morales, Alexander Sucerquia y Gilberto Arnoldo Higuita Sucerquia, ninguno era oriundo del municipio; de hecho dos de ellos habían llegado la noche anterior a la masacre. De las otras dos víctimas, solo se sabe que también eran hombres. Respecto a los posibles responsables, las autoridades del municipio no se han pronunciado.
Andes es un municipio ubicado en el Suroeste de Antioquia, una de las nueve subregiones en las que está dividido el departamento. Su principal actividad económica es el cultivo de café y para Carlos Zapata, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos del Instituto Popular de Capacitación (IPC), esta masacre y otras en el Suroeste antioqueño, se dan en medio de la disputa por el control del microtráfico al interior de las haciendas cafeteras. Y es producto de la “proyección de una violencia urbana que se había caracterizado por estar presente en el Valle de Aburrá y que desde hace unos cinco años, tiene una proyección constante hacia la región del Suroeste antioqueño”, explica Zapata, quien además asegura que “desde hace más de una década se viene volviendo a la población recolectora de café adicta al consumo de sustancias psicoactivas. Entonces lo que está sucediendo es que las organizaciones del Valle de Aburrá empezaron a trasladar plazas de vicio incluso directamente a fincas y haciendas cafeteras”.
Zapata explica que, al Suroeste antioqueño, en primer lugar llegaron las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, con combos del corregimiento San Antonio de Prado, de La Miel, del municipio de Caldas; combos de la Comuna Trece de Medellín, entre otros; pero hubo una ruptura y la gente de La Miel empezó a denominarse Clan del Golfo y a enfrentarse por el control del territorio contras las AGC. Además, hay presencia de la Oficina de Envigado, sobre todo con combos del oriente de Medellín. “Clan del Golfo” es un nombre que el Estado ha usado para referirse a las AGC, pero en este territorio específico ocurre la particularidad de que, debido a la ruptura entre los combos que inicialmente llegaron, unos continúan dándose a conocer como AGC y otros, los mencionados anteriormente, como Clan del Golfo.
Duvan Graciano, personero del municipio y Frank Vanegas, editor de orden público, paz y derechos humanos del medio de comunicación local Conexión Sur de Andes, coinciden en que en el municipio de Andes, el control del tráfico de estupefacientes lo ha tenido la Oficina de Envigado y la disputa, desde hace unos cinco años, se da porque el Clan del Golfo “está queriendo ingresar, con acciones muy crueles, a controlar las plazas en la zona rural y el casco urbano”, afirma Vanegas, además, Graciano explica que lo que está sucediendo en Andes, se relaciona con la problemática de Betania y Ciudad Bolívar, “yo lo denomino conflicto en diagonal, porque los municipios de Ciudad Bolívar, Betania y Andes, incluso Jardín, están ubicados en zona en diagonal hacia el departamento del Chocó, donde tiene un gran posicionamiento el Clan del Golfo. Andes, además, tiene fronteras con el departamento de Risaralda, por lo que es un municipio estratégico para corredores de narcotráfico. Entonces, lo que se viene presentando es una avanzada de grupos armados en el territorio, para tener el control del mismo y poder negociar con las rentas internas y las internacionales”.
Adicional a esto, Graciano explica que La Chaparrala, donde ocurrió la masacre, es un corregimiento estratégico porque existe baja presencia de la fuerza pública y de allí se mueven hacia el corregimiento de Tapartó y al de Santa Inés. También se van hacia el municipio de Betania y de Betania hacia el de Ciudad Bolívar.
Las épocas de recolección de café en el Suroeste antioqueño van de septiembre a diciembre de cada año, después hay un período de recolección de menor importancia, conocido como la traviesa. En Andes es aproximadamente entre abril y mayo de cada año y, según Frank Vanegas, son estos periodos en los que se presentan las masacres, aumentan los homicidios, el consumo de drogas, lícor y la prostitución, debido a que al municipio, de 50 mil habitantes, llegan aproximandante 5 mil personas oriundas de otros municipios y departamentos y “así es muy dificíl poder ejercer algún control”, además también aumenta la circulación de dinero en efectivo.
Cuando indagamos por otras victimizaciones en Andes, encontramos que hay extorsiones, desplazamiento de familias que no pagan las vacunas exigidas por los grupos armados ilegales, o que se van por miedo y amenazas. De hecho, el mismo día de esta masacre, una familia denunció que les pidieron 10 millones de pesos. Tuvieron que irse, escoltados por la Policía, porque no tenían con qué pagarlos. Además, recientemente se habla de desapariciones forzadas, por el hallazgo de un cuerpo enterrado en el patio de una casa, en una vereda del corregimiento. En 2020 hubo 40 homicidios y para el 7 de mayo de 2021, ya iban 31.