Sobrevivientes y resistencia

Valeria Gutiérrez, de 14 años, es alumna de grado 9no de la Institución Educativa Los Centauros, en Vista Hermosa, Meta, y quiso compartirnos un texto que rememora la historia de una vecina suya, hoy sobreviviente.

Hace aproximadamente 32 años a mi vecina le ocurrió una calamidad. Eran las ocho de la noche y ella quería salir a las ferias con su primo. Al enterarse, su tío les dijo que no podían salir a esas horas, así que sus dos primos se fueron de la casa con mal genio, decidieron no ir a las fiestas y se quedaron en una casa que el tío tenía en el campo.

Pasaron tres horas y se oyeron galopes de caballos. Al abrir la puerta, mi vecina se dio cuenta que era su tío bastante exaltado y con horror en su mirada. Él les preguntó si estaban bien y si no estaban heridos, y ella le contestó que estaban tranquilos en la casa, y le preguntó qué había ocurrido. El tío le respondió que se estaba dando una matanza en el pueblo y que en las ferias se decía que había muchos muertos.

Al transcurrir los días, ellos tuvieron que quedarse en esa casa en el campo comiendo de lo que encontraban, ya que en el caso de que fueran al pueblo, los podrían asesinar.

Un día, tenían tanta hambre que mi vecina decidió ir al pueblo por una libra de carne, pero claro que con temor de que la asesinaran. Al llegar, se dirigió hacia un puesto de carne y un joven la atendió. Pocos segundos después, ella escuchó un horroroso estruendo. Habían matado al joven que la estaba atendiendo en frente de ella. Mi vecina miró cómo el joven se desangraba y, justo atrás de ella, se encontraba el asesino.

Con mucho horror ella se dirigió hasta un asiento, mientras que el joven asesino caminó hacia ella y le preguntó si había visto algo. Ella obviamente respondió que no. El asesino le dio una pastilla para el dolor de cabeza y para el mareo, la que ella no consumió por temor de que fuera algo malo.

Después de que el joven se fuera, ella, impactada, recurrió hacia una señora que conocía para contarle lo que había sucedido. A los minutos de estar en su casa, mi vecina no podía creer lo que estaba sucediendo. Aquel asesino entró por la puerta, pues era el hijo de la señora que, claro, no estaba enterada de la historia.

La señora, al ver a mi vecina tan asustada, le pidió a su hijo que la llevara a su casa. Mi vecina se tornó de un color amarillo y al dirigirse en el carro con aquel muchacho solo rezaba para no morir. El joven la dejó en la casa y se fue. Ella le agradeció a Dios y les contó lo sucedido a sus familiares.

A los días siguientes continuaron ocurriendo muertes en el pueblo sin cesar. Hombres armados entraban a los hogares y mataban a familias enteras sin piedad, había camiones que llevaban incontables cadáveres por el pueblo y las familias veían, llenas de dolor, cómo se llevaban a sus hijas, tíos, hermanas, padres, abuelos y sobrinos.

Al pasar de los años siguieron ocurriendo matanzas, muertes y desapariciones. Pero desde el 2007 se empezaron a calmar un poco las cosas gracias a la desmovilización de los paramilitares.

Mi vecina y su familia pudieron sobrevivir a pesar de toda esa tragedia y, actualmente, viven estables y superando todos esos problemas.

*Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:18

Rutas del Conflicto en el Data Journalism Awards 2017

Mire la transmisión en vivo del DJA desde Viena, Austria. Rutas del Conflicto está nominado en la categoría 'Portal web de periodismo de datos del año'.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:17

Lágrimas de un hijo, esperanzas de una madre

Yerson Hilarión, de 14 años, escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio. Yerson es un estudiante de la Institución Educativa Los Centauros, en Vista Hermosa, Meta, el municipio con más víctimas de minas antipersonal en Colombia.

Cuando yo tenía nueve años, Gustavo Bejarano era mi profesor de ajedrez, en Vista Hermosa, Meta. Él era parte de un proyecto para incentivar a los jóvenes a aprender ajedrez. A pesar de verse como una persona muy feliz, amigable y con una actitud acogedora, Bejarano tuvo una infancia muy difícil.

Su familia estaba conformada por su padre, madre y hermanos, pero su círculo familiar se fue desmoronando como arena que se la lleva el viento debido a los conflictos que se daban en ese tiempo. Su padre, llamado Josué Gustavo Bejarano, fue el fundador de la Casa de la Cultura de Vista Hermosa. Él fue asesinado justo después de concluir esa construcción.

Ese suceso afectó mucho al profesor Bejarano ya que, para él, su padre era su amigo y su héroe. También afectó mucho a su madre, que se preocupó por la forma en la que el hijo reaccionaba por medio del miedo, del dolor y del sufrimiento. Ella no encontraba una forma de hacer que su hijo se animara, pero pasaron los días y se notó un cambio en su forma de actuar, debido a la forma en la que su madre lo incentivaba a seguir adelante con sus estudios y a compartir con sus compañeros. Se creó un cambio positivo en la historia de Bejarano.

Con el apoyo de su madre, que nunca lo dejó solo en todo ese proceso, él se volvió muy bueno en el arte del ajedrez, sin olvidar su gusto por la matemática. Además, también se dedicó a la disciplina del basquetbol. Jugaba en un equipo del municipio.

Yo lo tomo a él como un constructor de paz porque, a pesar de haber vivido en medio de todo el conflicto, matanza y sufrimiento, pudo salir adelante. Pienso que su historia nos muestra una reflexión de vida. Si él siguió adelante, ¿por qué no lo podríamos nosotros, que no vivimos en medio a ese conflicto?

Pienso que Bejarano pudo superar todo gracias a su fuerza interna y al apoyo de su madre y de sus compañeros que nunca lo dejaron solo. Antes que nosotros decidamos rendirnos debemos de recordar estas historias que nos dan grandes lecciones de vida.

Entrevista a Gustavo Bejarano, hijo de Josué Gustavo Bejarano

Yerson: ¿Quién es usted?

Bejarano: Mi nombre es Gustavo Bejarano, soy una persona que nació en Cumaral (Meta) y que a los seis meses de nacido mis padres me trajeron a Vista Hermosa. Tengo más de 30 años y antes de que cumpliera los 15 años mataron a mi padre.

Y: ¿Qué hace usted?

B: En este momento, como no he podido volver a estudiar, estoy en oficios varios. Me encanta leer y hacer deporte. En julio vuelvo a estudiar para terminar mi carrera de leyes para ser abogado.

Y: ¿Qué pasó [en la muerte de su padre]?

B: En esa época estaban las autodefensas, las cuales eran dirigidas por (Manuel de Jesús Pirabán) alias ‘Pirata’. En ese entonces mi padre (Josué Gustavo Bejarano) tenía intenciones de lanzarse a la Alcaldía. Él era Presidente del Consejo de Vistahermosa, iba a las veredas a dar electivos políticos y, a raíz de eso, las autodefensas lo asesinaron por su posición política. Murió de tres disparos.

Y: ¿Cómo lo afectó este suceso a usted?

B: Demasiado, uno vive en un mundo donde cree que el papá le va a durar toda la vida, y de repente le pasa una avalancha como lo sucedido en Mocoa. Un día antes de que mi padre viajara para Maracaibo yo le hice una changua, a él le gustaban los huevos blandos, pero yo me fui a bañar y dejé la changua con poca llama y los huevos quedaron duros. A él no le gustaron. La última palabra que oí de él fue “chao” y por muchos años para mí era preferible que me echaran un madrazo (insulto) que escuchar a que me dijeran “chao”.

Y: ¿Qué hizo después?

B: Yo estaba en segundo de bachillerato, tenía fama de buen estudiante cuando asesinaron a mi papá y pensaba que, si hacía un buen bachillerato, tal vez mi papá me podría ayudar con mi estudio universitario. Pero después de su muerte fue muy complicado, ya que mi madre tenía que encargarse sola de mis tres hermanos. Ya no daba la economía, ya no podía ni pensar en practicar fútbol porque no había ni para un par de guayos. A pesar de eso termine con un buen bachillerato.

Y: ¿Qué reflexión darías a las demás personas que sufrieron lo mismo que usted?

B: Si existe la maldad, también existe la bondad, y si nos quedamos en el camino de la venganza, nos vamos a hacer mucho más daño. Yo lo primero que pensé cuando asesinaron a mi padre fue vengarlo, pero menos mal que cuando iba a la iglesia nos mostraban diapositivas sobre el perdón y los valores. Ellos me ayudaron mucho a olvidar un poco y a entender que el sentimiento más grande, después del amor, es el perdón. De nada sirve empuñar un arma y seguir con el ciclo.

*Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:14

El Davis: el nacimiento de las FARC

Rioblanco es un municipio en el sur del Tolima donde, en 1950, se conformó uno de los primeros campamentos de autodefensas campesinas que luego serían conocidas como las FARC.

Cuando los comunistas Manuel Marulanda, Isauro Yosa y Charro Negro llegaron al sur del Tolima en 1950, lo hicieron con la intención de unir fuerzas con el comando guerrillero conformado por el liberal Gerardo Loaiza en la región de El Davis. Sin embargo, lo que se dio fue un rompimiento total de las relaciones políticas y militares entre comunistas y liberales, al punto de empezar una guerra entre ellos. El desarrollo y desenlace de esta guerra llevó a que, en 1966, el mismo sur del Tolima viera el nacimiento de las FARC en Marquetalia.

Recorra este especial multimedia y descubra uno de los capítulos más importantes en la historia reciente de Colombia: El Davis: el nacimiento de las Farc.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:13

Recuerdos de infancia

David Ballén, de 18 años, es un líder juvenil de Vista Hermosa, Meta, y escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio.

Vista Hermosa, en sus bases, ha sido una zona por la cual ha transitado la violencia con el mismo efecto de una explosión nuclear, grande, rápida y de inimaginables secuelas. Yo vivo acá desde inicios del año 2000, en una época que poco recuerdo, pero hacer memoria con los relatos que salen de algunos familiares me ayuda a pintar mis borrosos recuerdos.

Vivir dos meses a base de granos y arroz, sin tomate ni cebolla o un simple Maggi. Por lo escaso que era comprar para el año de 2005, la gastronomía de la casa era el caldo de ‘raspachín’ o la sopa de necesidades.

Elementos de cocina muy básicos eran difíciles de conseguir puesto que los camiones transportadores tenían que pagar para entrar, y también había una estigmatización referente al municipio. No había Coca Cola, solo una cerveza de marca Polar y una gaseosa Sol. Vivimos dos meses comiendo lenteja, garbanzo y arveja seca con arroz. Los granos se cocinaban solo con sal, no había verdura y tampoco carne, que era costosa.

Mi infancia fue influenciada por series televisivas como Hombres de Honor, en las cuales se exaltaba el orgullo de prestar el servicio militar, de ser parte del Club de Lancitas, del programa de entrenamiento físico, y de tener la disciplina de forma militar. En mi infancia, eso me parecía espectacular, pero visto de otra perspectiva se puede decir que era otra de las estrategias para que prestáramos el servicio militar.

Muchos de esos niños que hoy somos jóvenes promedio vivimos y observamos asesinatos, muertes, actos de enfrentamiento, bombardeos y los militantes abatidos por las bombas de 25 arrobas que fueron exhibidas una vez. Ese bombardeo nadie olvidará, ya que los miembros de las FARC abatidos fueron tirados en el parque principal por el Ejército, y todo el pueblo los fue a ver.

En mi corta vida, era la primera vez que veía que alguien o hasta uno mismo podría quedar así, putrefacto, tras morirse en un bombardeo. Eso me llenó de horror.

Todos esos malos momentos que ponían mi mente a recordar una y otra vez, pero que lentamente fueron siendo superados, ya que nunca los tomé como hechos que dañaran mi integridad. Me dediqué a estudiar y a compartir tiempo con mis amigos, jugando fútbol o montando bicicleta. Hoy en día recuerdo con amargura esos cuentos, pero, como todos aquí, logramos superar esos problemas.

No tomé los hechos violentos como traumas, solo como recuerdos crudos, que no volverán a repetirse. Mañana va a ser mejor. No tomé todos esos hechos violentos como un trauma, sino como capítulos de vida.

Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:12

'Clan del Golfo' amenaza con perpetuar la violencia en el Urabá

Jóvenes y policías, las personas más afectadas por la última ola de violencia.

Hace más de dos años comenzó la ‘Operación Agamenón’, el despliegue policial más grande de la historia del país, que tiene como objetivo acabar con el ‘Clan del Golfo’ en la región del Urabá, autodenominados ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, y capturar a su máximo cabecilla, Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’. Sin embargo, el grupo ilegal sigue ejerciendo represión entre la población civil e, incluso, hace algunas semanas impuso un ‘Plan Pistola’ y ya han asesinado, al menos, a nueve policías en Antioquia, Chocó, Córdoba y Bolívar.

La situación en Antioquia y en Córdoba empeoró el 2 de mayo, cuando Ulder Cardona Rueda, alias ‘Pablito’, un cabecilla del ‘Clan’, murió en un operativo de la Policía. A partir de ese momento la ofensiva contra la fuerza pública y la población civil se hizo más fuerte, como forma de retaliación por las capturas y muertes en su grupo armado. ‘Pablito’ hizo parte de la desmovilización de las Auc en el 2005. Sin embargo, dos años después era el segundo al mando de un grupo que se autodenominó ‘Águilas Negras’, y para el 2009, se hizo cargo de 450 miembros del ‘Clan del Golfo’. El nombre de ‘Águilas Negras’ también ha sido usado por otras bandas criminales que no tienen relación entre sí.

A través de panfletos, el ‘Clan del Golfo’ declaró como objetivo militar a líderes sociales, miembros de la fuerza pública y colaboradores de la Policía. Además, controlan diferentes municipios y caseríos con toques de queda y paros armados en los que paralizan por completo el territorio. A los habitantes se les prohíbe salir de sus casas, a veces durante días enteros, a veces en determinadas horas del día.

Las mal llamadas ‘limpiezas sociales’ también son parte de su accionar, amenazan desde presuntos ladrones hasta homosexuales y drogadictos. Según un habitante de la región, en un pueblo del Urabá cordobés, como parte de esta estrategia han sido asesinadas tres personas; entre ellas, una excabecilla del grupo ilegal, quien supuestamente colaboró con la Policía en la captura de 17 personas. La preocupación de la población también se debe a que una parte representativa de estas agresiones ha estado dirigida contra los jóvenes.

Para los pobladores, el ‘Clan del Golfo’ no es más que un término acuñado por el gobierno para invisibilizar que es un reducto de los grupos paramilitares que siempre han actuado en la región: ‘Los Urabeños’, también conocido como el ‘Clan Úsuga’. Al parecer, los miembros de esta ‘bacrim’ son ‘paras’ y ‘narcos’ que nunca abandonaron el territorio y, por el contrario, encontraron en la desmovilización entre los años 2004 y 2006 el escenario perfecto para seguir delinquiendo. Es importante recordar que los ‘paras’ han delinquido en el Urabá desde los años ochenta y que son responsables de decenas de masacres y de cientos de desplazamientos forzados desde 1988.

Según cifras oficiales, la ‘Operación Agamenón’ ha permitido la captura de más de 1.300 miembros del ‘Clan del Golfo’ y ha logrado frustrar el 90 por ciento de sus ataques. Sin embargo, el grupo ilegal sigue amenazando a la población civil, y según varias denuncias de organizaciones no gubernamentales, está intentando cooptar los espacios dejados por las FARC. Como consecuencia de la falta de resultados más efectivos, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, ordenó que el Ejército se integre a la operación, lo que suma 230 soldados de la División de Operaciones Especiales a los 1.200 policías que ya hacen parte de ‘Agamenón’.

En palabras de un habitante de la región: “Cada que suceden estas cosas se vienen a la memoria épocas horribles de violencia que pensábamos ya se habían acabado”. En pleno desarme de las FARC, en el país están sucediendo hechos que recuerdan la época de Pablo Escobar, donde los grupos paramilitares y narcotraficantes se hacían con el control de territorios estratégicos a través de los denominados ‘Plan Pistola’, pagando por cada policía muerto y dejando a su paso decenas de asesinatos selectivos y graves violaciones a los derechos humanos.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:10

Vista Hermosa desde sus ojos

En el proyecto Mi Municipio, los jóvenes de las regiones más golpeadas por la violencia trabajan en la reconstrucción de la memoria de sus pueblos

Vista Hermosa se encuentra en los Llanos Orientales colombianos, donde las temperaturas pueden pasar de los 30°C y la humedad, del 60 por ciento. Este municipio del Meta ha sido golpeado por la violencia de diferentes actores armados durante décadas, y aunque ha sido escenario de cientos de muertes y de desplazamientos, actualmente lo habitan jóvenes que hablan con propiedad sobre construcción de paz, oportunidades y retos a superar.

Rutas del Conflicto estuvo en Vista Hermosa para dar talleres de periodismo a jóvenes de los grados 9no y 11 de la Institución Educativa Centauros y a miembros de la Unión de Pensamiento Joven, una organización de habitantes del pueblo. Muchos de ellos ya habían escuchado, visto y leído noticias sobre su municipio y no estaban contentos con ellas. “Solo se habla de violencia”, dijeron algunos.

Juntos, hablamos sobre algunas maneras para narrar la memoria y la historia de Vista Hermosa desde sus puntos de vista, y así surgieron diversas propuestas de enfoque.

“Uno de los retos (que tenemos) es que nosotros y las demás personas debemos convivir con los desmovilizados y darles otra oportunidad para que estudien y aprendan cosas nuevas y buenas”, escribió una estudiante.

Otros desafíos descritos por alumnos son: el mejoramiento de los suministros de agua y de gas y del servicio de internet, la pavimentación de calles y la creación de espacios para el deporte y la cultura.

Los jóvenes, sin embargo, no dejan de considerar las historias de violencia que vivieron. En un aula de más de 30 estudiantes, cuando fueron cuestionados sobre si conocían a alguna víctima del conflicto, más de la mitad levantó la mano. Y una alumna preguntó: “Yo conozco. En dado caso, ¿puedo hablar de mí misma?”

“Cuando tenía nueve años, estábamos en pleno diciembre, un 8, y estábamos en nuestra casa. Hubo un enfrentamiento entre el Ejército y las Farc. Eso me marcó porque vi mucha violencia”, contó otra estudiante.

Para ellos, los sobrevivientes del conflicto no son números ni habitantes de un pueblo lejano, sino que tienen cara, sentimientos, una vida que describen como común y son ejemplos de cómo salir adelante. Son esas las historias que los jóvenes eligieron contar.

“La persona que quisiera elegir sería mi abuelo, ya que él y mi abuela fueron desplazados y amenazados por la guerrilla. También me gustaría entrevistar a mi tía, que es desmovilizada”, escribió una estudiante.

En el pueblo, al pie de la hermosa vista de la serranía de la Macarena, hay muchas historias ocultas entre el sol y la humedad. A lo largo de las siguientes semanas, algunas estarán disponibles en Rutas del Conflicto y quienes las cuentan son los jóvenes que nos muestran a Vista Hermosa desde sus ojos.

*La plataforma web será lanzada próximamente. Este proyecto fue posible gracias a los participantes de una campaña de Crowdfunding y a la Universidad del Rosario.

Artículos disponibles:

"Camino a la reconciliación"

"Hay vida después de la guerra"

"Recuerdos de infancia"

"Lagrimas de un hijo, esperanzas de un madre"

"Sobrevivientes y resistencia"

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:09

“Hay vida después de la guerra”

Dahiana Marín, de 16 años, es alumna de grado 11 en la Institución Educativa Los Centauros, en Vista Hermosa, Meta. Dahiana escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio.

Abdonias Palacios Bedoya, de 78 años de edad, y Flor Marina Bedoya Palacios tuvieron seis hijos. Entre ellos dos mujeres, Gloria y Elizabeth, y cuatro hombres, Edgar, Alberto, José Abdonias y William.

La pareja Abdonias y Flor Marina vivían en este municipio, Vista Hermosa, hace más de 40 años, cuando, en la década de 1980, su hija Gloria fue desaparecida. Según informaron algunos pobladores, fue asesinada por un grupo de paramilitares de esa época, y jamás se ha vuelto a saber de ella. Su cuerpo tampoco ha sido encontrado.

Los esposos Palacios Bedoya continuaron sus vidas en el municipio de Vista Hermosa, pues aquí tenían todos sus bienes. Mi abuelito Abdonias llegó a ser concejal de nuestro municipio en los años 1997, 1998 y 1999. Era una familia económicamente bien, que le servía a la comunidad en su finca, daba oportunidad de trabajo a muchas personas. Abdonias era realmente un personaje y sus hijos fueron creciendo y formando cada uno su familia.

En el año 2004 esa familia sufrió nuevamente una tragedia que marcó y causó un fuerte dolor: el asesinato del hijo Edgar, conocido más por sus allegados como ‘Yiyo’. Viéndose en esa bochornosa situación, la familia decidió abandonar la región, pero, en el camino de la fuga, se sorprendieron al saber que un grupo armado los estaba esperando para asesinar a mi abuelo. Gracias a Dios, él pudo escapar.

Persistiendo a las situaciones, al cabo de un tiempo regresaron al pueblo tratando de recuperar sus vidas, aunque ya estaban ubicados en el municipio de El Castillo, también en el Meta, a dos horas de Vista Hermosa.

En el año 2006, aquí en el casco urbano del municipio asesinaron a su hijo menor, William. El 1º de noviembre de ese mismo año, la familia fue despojada de la peor manera de su finca, obligados a abandonar sus propiedades y con el dolor del alma de alejarse de su municipio, se marcharon a Villavicencio.

Después de un largo tiempo en Villavicencio, decidieron comenzar la vida de cero y tomaron la decisión de irse a vivir al municipio de El Castillo, donde tenían una finca en la cual pasamos momentos muy felices, donde compartíamos navidades y fechas especiales. Esa familia se volvió numerosa, sus hijos ya son independientes. Su única hija mujer con quien tienen contacto, Elizabeth, se encuentra nuevamente en el municipio de Vista Hermosa, tomando posesión de aquella tierra que un día tuvo que abandonar.

Me alegra tanto saber que está saliendo adelante a pesar de todo lo sucedido. Ya está cultivando, trabajando con su propio ganado y numerosos animales. Los otros dos hijos de mi abuelo también decidieron rehacer sus vidas.

Abdonias estuvo un tiempo en Venezuela, donde no le fue muy bien, y decidió volver a El Castillo, donde actualmente vive en su finca y está comenzando nuevamente su vida. Quiero resaltar que esta familia, a pesar de todo, ha sabido salir adelante y ha llevado una vida normal.

Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:07

"Camino a la reconciliación"

Leidy Gualaco, de 16 años, escribió este artículo como parte de los talleres en comunicación trabajados en el proyecto Mi Municipio. Leidy es una estudiante de la Institución Educativa Los Centauros, en Vista Hermosa, Meta, el municipio con más víctimas de minas antipersonal en Colombia.

Actualmente en nuestra comunidad está muy presente el tema de la paz y una de las discusiones más grandes es lo que va pasar después de eso. Nuestra atención está centrada en las zonas de concentración (Zonas Veredales Transitorias de Normalización) donde se encuentran ya instalados la gran mayoría de guerrilleros de las FARC desmovilizados.

Son muchas las opiniones que están en disputa, muchas de ellas influenciadas por rumores, como la remuneración que será dada a ellos, o si en realidad allí en esas zonas de concentración se estará haciendo lo que se dice. Otras opiniones son influenciadas por las vivencias de las víctimas del conflicto que han perdido familiares, o de los cuales hasta ahora no saben nada. Ya cansados de esto, las víctimas simplemente quieren cambiar, superar ese pasado de dolor y partir para un futuro mucho mejor, donde puedan llegar a saber sobre sus familiares, ya que el grupo al margen de la ley (las FARC) prometió brindar informaciones.

En las zonas de concentración también se encuentran diversas opiniones de los desmovilizados. Una de ellas es la de Luis (nombre ficticio), quien actualmente tiene 37 años. A sus 17 años, por diversas razones, una de las más importantes: la falta de oportunidades para esa época, Luis decidió unirse a este grupo al margen de la ley, al cual sirvió por 20 años.

Ya cansado de ver a sus compañeros muertos en combate y de estar lejos de sus familiares, ve como una gran oportunidad el proceso de paz para volver a convivir con la sociedad, para llevar una vida más tranquila y, lo más importante, para estar cerca de su familia. Sin embargo, otros desmovilizados no opinan lo mismo que Luis, ya que todas sus vidas han permanecido en la guerra y, ya acostumbrados a eso, no ven la transición de buena manera.

Regreso al pasado

Como testimonio de una víctima tenemos el de Don Alfonso (nombre ficticio) campesino que fue desplazado en el 2007, por dos principales razones: la primera fue el proceso que se llevaba para la erradicación de la coca, ya que en ese tiempo los campesinos se sostenían de ese cultivo, y la segunda y más importante, que ponía en riesgo su vida y la de su esposa, fue un mal entendido con personas de las FARC. Amenazados de muerte, tuvieron que huir.

Actualmente Don Alfonso habita la zona urbana de Vista Hermosa y vive del cultivo del plátano. Cuenta que ve como una gran oportunidad el proceso de paz ya que gracias a eso ya ha podido visitar ocasionalmente la vereda de la cual fue sacado a la fuerza. Se siente feliz y mucho más tranquilo porque su municipio se ve con otra cara. Con respecto a lo que viene después de ese proceso de paz dice que no tiene problema en convivir con los desmovilizados, que todos tenemos una segunda oportunidad con la vida y que porque no dar esa oportunidad también a esas personas que quieren cambiar.

Estas dos historias, como muchas otras, demuestran que siempre hay un camino en el cual podemos encontrar la salida a todo ese pasado de dolor. Ese camino es el perdón que nos llevará a mejorar nuestra vida y a encontrar una paz verdadera.

Personalmente, lo que me motiva a escribir este artículo es poder decir que sí podemos encontrar en las FARC, como en las víctimas, a personas que tienen algo en común, que es pensar que lo mejor sí es la paz no solo para ellos y Vista Hermosa sino también para que toda Colombia pueda llegar a ser un mejor país.

*Para conocer más del proyecto Mi Municipio lea el artículo 'Vista Hermosa desde sus ojos' o escuche este podcast de Rutas del Conflicto Radio.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:06

Ruta a la memoria: el paramilitarismo en Colombia en 1997

Este fue un año clave para el desarrollo del conflicto en Colombia. Los paramilitares crearon las Auc, una confederación de grupos armados que les permitió extender su presencia a varias zonas del país, especialmente en regiones estratégicas para el narcotráfico, dejando decenas de masacres y asesinatos selectivos. Rutas del Conflicto le cuenta qué pasó ese año y algunas similitudes con la actualidad que vive el país en 2017.

Actualizado el: Jue, 10/03/2019 - 01:05